Cáritas Cullera hizo pública la memoria correspondiente al año 2015 y en la que se refleja que un total de 1.324 personas fueron beneficiarias de su acción asistencial en 2015. De ellas, el 78 por ciento son españoles y 318 menores de edad. La ONG católica advierte con preocupación que las situaciones de precariedad que afectan a las personas a las que acompaña crecen en intensidad y cronicidad.

Los beneficiarios de las ayudas que necesitan ser apoyados durante más tiempo y precisan de un abanico de intervenciones más amplio, debido a la escasa protección social y a la precariedad en el empleo. En este sentido, han explicado que «el 77 por ciento de las personas beneficiarias de Cáritas en 2015 son conocidas de años anteriores», subrayan los responsables de la institución.

Factores de riesgo

La acumulación de ciertos factores incrementa el riesgo de caer en pobreza y exclusión social y dificulta la salida de dichas condiciones, advierte Cáritas. Estos factores tienen que ver «con la formación, tener una relación de desventaja en el mercado laboral, residir en un hogar monoparental, la pertenencia a una minoría étnica o tener padres con una nacionalidad diferente a la española».

Cáritas se ha referido a las personas atendidas en las cuatro acogidas parroquiales de la ciudad. Asimismo, ha destacado la labor de las 81 personas voluntarias mientras que en el aspecto económico, Cáritas destinó en Cullera en 2015 un total de 87. 909 euros a ayudas a las personas en forma de alimentos, así como gastos destinados al pago de suministros y vivienda, y otros dirigidos a educación y medicinas.

En el terreno de los ingresos, el 99 por ciento de lo recaudado el año pasado provino de fondos propios (95. 000 euros), a través de donativos y colaboradores, las colectas de los segundos domingos de mes y la que se celebra en todas las parroquias de la diócesis el Día de Caridad.

En el marco de la festividad del Corpus Christi, y con el lema «Practica la Justicia. Deja tu huella», Cáritas ha presentado también su Campaña Institucional, con la que propone «un cambio de modelo socioeconómico que garantice el ejercicio de los derechos para todas las personas», así como una apuesta por una economía social y solidaria y por un empleo digno.

La exigencia de Justicia

La campaña insta a la sociedad en general y a la comunidad cristiana a tomar conciencia de que la práctica de la justicia es una responsabilidad «que nos compete a todos y que implica un compromiso activo de cada uno con la defensa de los derechos propios y ajenos, y un trabajo personal y diario para hacerlos posible desde el lugar que cada uno ocupamos en la sociedad. La campaña plantea también una invitación a preguntarnos sobre qué tipo de huella queremos dejar cada uno en nuestro entorno