El Partido Popular de Cullera cuestionó ayer la labor de los auditores que han desvelado el estado de las cuentas del ayuntamiento que ahora comanda Jordi Mayor. Según la auditoría que esta semana hizo pública el equipo de gobierno, el PP de Cullera dejó 5.775 facturas impagadas valoradas en 25 millones, por lo que el consistorio está considerado hoy uno de los más endeudados de la comarca ribereña. Sin embargo, el Partido Popular consideró ayer que la presentación de las cuentas respondió a un acto electoralista del equipo de gobierno compuesto por el PSOE y Compromís y que «todas las facturas estaban cobradas por los proveedores municipales» cuando Ernesto Sanjuán dejó la alcaldía.

Los populares afirmaron ayer que el grueso de la deuda llega procedente de años anteriores al periodo de gobierno del Partido Popular. «En el año 2003 ganó las elecciones el Partido Popular y lo primero que se encuentra son 1.078.092 euros en facturas sin consignación presupuestaria y 16.3 millones de euros en deudas a los bancos y más de dos millones de euros en facturas en los cajones. Herencia dejada por el gobierno del PSOE y APC», afirmaron. El PP defendió que su grupo dejó pagadas o financiadas las facturas a los proveedores y que los presupuestos fueron aprobados siempre por los órganos de control del ayuntamiento.