El primer año publicaron cuatro libros, el segundo fueron ocho, y hoy en día superan el centenar de títulos que anualmente sacan de la imprenta con destino a librerías y bibliotecas. Esa es la proyección ascendente de Edicions Bromera, la firma alcireña que inició su andadura en 1986 y que ahora cumple tres décadas.

L'Espai Joan Fuster de Sueca acogió la tarde del viernes la celebración de los treinta años de la editorial, una de las que más autores de la Ribera ha publicado, y una de las pocas que tiene una colección monográfica dedicada a Joan Fuster. Para hablar del intelectual de Sueca, y los escritores ribereños, participaron en una mesa redonda Josep Gregori, editor y fundador de Edicions Bromera; Josep Antoni Fluixà, director de la Fundació Bromera per al Foment de la Lectura; y Gonçal López-Pampló, director literario de la editorial. El director del Espai Joan Fuster, Francesc Pérez Moragón, presentó el acto.

En esta celebración en forma de tertulia literaria, les acompañaron autores como Josep Franco, Enric Lluch, Josep Millo, Fina Ginés, Tobies Grimaltos, Isidre Crespo, Pasqual Alapont, Enric Salom, Salva Bataller, Santi Vallés y Josep Lozano. Cerró el acto un recital del cantautor de Alzira, Joan Amèric.

Gregori recordó a este diario que «comenzamos con la ilusión de publicar libros y de hacer cultura; comenzamos por pocos libros y poco a poco hemos conseguido hacer una buena biblioteca». Explicó que inicialmente compaginó su profesión de maestro con la de editor «y ahora tenemos cincuenta familias sustentadas por el trabajo en la editorial, en la Ribera, y francamente, me siento satisfecho».

El empresario contó que esta industria cultural de hace treinta años era mucho más simplificada que la actual. «Realmente se producían pocas novedades al año, y había una carencia importante en diversos campos, concretamente el de la literatura infantil y juvenil estaba bastante virgen», recordó. Ahora, la oferta ha crecido y se ha diversificado, añadió. «Hay más lectores que entonces, pero también la competencia por acaparar los momentos de ocio de las personas es feroz», observó. Y matizó que «internet, las televisiones, la gran oferta comunicativa y de entretenimiento hoy en día, representan realmente un problema para poder encontrar tiempo para poder leer sosegadamente».