La ampliación del polígono industrial de la Garrofera que proyectó el anterior gobierno de Guadassuar (PP) con la calificación para que pudiera acoger industrias molestas y peligrosas fue uno de los puntos de fricción con el municipio vecino de l'Alcúdia, que no se resignaba a aceptar el desarrollo de esta infraestructura a escasos cien metros del núcleo urbano de Montortal. El polígono no se ha desarrollado tras el parón provocado en el sector inmobiliario por la crisis económica y el nuevo gobierno de Guadassuar (Compromís-PSOE) no tiene intención de hacerlo. Si la corporación aprobó en el último pleno iniciar de oficio un expediente de revisión para anular acuerdos adoptados por el anterior gobierno para desarrollar este polígono al detectar vicios insubsanables, ahora el equipo de gobierno se dispone a desclasificar la ampliación de 500.000 metros cuadrados prevista en el Plan General de Ordenación Urbana y rebajar la calificación de peligrosidad.
«Queremos un polígono industrial normal», resumió ayer el alcalde de Guadassuar, Salvador Montañana, mientras anunciaba que, salvo imprevistos, el primer paso para que el área que abarcaba la ampliación del polígono se convierta de nuevo en suelo no urbanizable -actualmente figura en el PGOU como suelo urbanizable industrial- se dará en el pleno del próximo mes de julio.
Montañana detalló que la Comisión Territorial de Urbanismo ya dejó aparcada la ampliación del polígono en la misma sesión que trató la Declaración de Interés Comunitario (DIC) del circuito de karts «porque nadie ha insistido», comentó, y ahora el ayuntamiento pretende comunicarle a la conselleria que quiere desestimar la ampliación del polígono «para siempre» y adaptar su catalogación a la nueva ley, rebajando la calificación de peligrosidad de las empresas «al nivel normal de cualquier polígono». El alcalde detalló que el PGOU diseñaba una ampliación de 500.000 metros cuadrados del polígono en torno a la zona ya ocupada por empresas, de forma que el área industrial de la Garrofera pasaría a abarcar una extensión de 800.000 metros cuadrados.
El equipo de gobierno pretende urbanizar la zona ya consolidada para que las empresas puedan disponer de los servicios necesarios, pero descarta la ampliación. «Siguiendo las directrices de la dirección general de Infraestructuras, vamos a liberar suelo de proyectos que no tienen viabilidad y, si algún día hiciera falta, se volvería a plantar, pero ni tenemos demanda ni políticamente lo vamos a propiciar», indicaron desde la coalición Compromís-PSOE.
El alcalde comentó que en esta iniciativa Guadassuar va de la mano de l'Alcúdia, el municipio vecino con el que su antecesor en el cargo tuvo fuertes fricciones por este proyecto, y no dudó en señalar que se quiere visualizar pronto esa renuncia a la ampliación «para que l'Alcúdia vea que la voluntad es clara».
Sobre las consecuencias que la rebaja de la calificación de peligrosidad pueda tener en la planta de residuos sanitarios proyectada en este polígono, Montañana se mostró prudente. En este sentido, recordó que está en curso la autorización ambiental integrada que ha solicitado al empresa y dejó entrever que hay que esperar primero a que se resuelva. Tanto el alcalde como el edil de Urbanismo, Vicent Rosell, se mostraron contundentes al señalar que la nueva corporación no quiere ese polígono proyectado y que el suelo de la ampliación volverá a ser no urbanizable común.
