La crisis económica ha servido para redefinir proyectos y convertir grandes espacios reservados para deslumbrantes complejos residenciales en espacios al servicio de la gente. En Cullera también se da esa paradoja. La parcela que debía albergar el Manhattan,una urbanización de lujo con 35 torres de viviendas y dos hoteles que se proyectaban llegar a las 40 alturas, se convertirá este verano en un lugar de acampada para los jóvenes con menos recursos que acudan al multitudinario Medusa Sunbeach 2016. En el lugar reservado para viviendas de lujo se alojarán ahora tiendas de campaña. El complejo urbanístico se ha frenado pero los jóvenes darán vida al inmenso solar.
La práctica totalidad de la zona de acampada se está organizando en espacios con sombra. Para ello se han plantado palmeras en el recinto y además se está iniciando el vallado de la zona de conciertos. Asimismo se han realizado los trabajos de acondicionamiento y nivelado de la zona festivalera y del mismo modo se van a iniciar los trabajos de infraestructuras para dotar al Medusa de aseos o servicio de luz. Pero los intríngulis de un festival de estas características van mucho más allá. Durante la semana del 8 al 15 de agosto serán más de diez mil los «meduseros» que estarán en Cullera para disfrutar de un merecido descanso y de la mejor música y de las múltiples posibilidades de ocio de la ciudad. Los promotores del evento están contactando con diferentes empresas del sector del ocio y cultural de la ciudad para ofrecer a los participantes un amplio abanico de actividades que vayan mucho más allá del sol y la playa. Los promotores buscan consolidarse en el mercado anual de festivales y la mejor manera de hacerlo es con dos vertientes muy diferentes. Primero consolidar un cartel de gran atractivo musical con grupos y Dj,s de primer orden. Y después con la voluntad de ofrecer a los usuarios del festival más opciones para que se sientan atraídos por la oferta de ocio.
Epicentro musical
Para ello se están realizando gestiones para ofrecer fiestas temáticas en los chiringuitos de playa, una gran fiesta en los jardines del mercado coincidiendo con el mercadillo de los viernes, con «merchandising» incluido y actuaciones musicales, motos acuáticas, paseos con catamarán, pádel surf, y un sinfín de actividades dentro de una semana frenética en la que la diversión sea lo más importante, siempre dentro de una oferta canalizada, estudiada y coordinada para que los «meduseros» se sientan «como en casa», según afirman. El cartel de estrellas ultimándose. Casi todo está a punto para que del 12 al 14 de agosto Cullera sea el centro musical de la costa mediterránea.
