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Arquitectura subterránea del agua

El ayuntamiento pretende preservar los elementos más antiguos que se conservan del «cano» por el que, desde el siglo XV, las aguas de la Acequia Real salvan el cauce del Magro

Arquitectura subterránea del agua

No es el original, construido previsiblemente a finales del siglo XIV o principios del XV cuando la actual Acequia Real del Júcar se encontró en su avance con el cauce del río Magro, aunque se trata de un ejemplo de ingeniería hidráulica que el Ayuntamiento de Guadassuar pretende preservar ya que, más de 600 años después, una conducción subterránea que mantiene el mismo sistema sigue cumpliendo aquella misma función: salvar el cauce Magro, en Guadassuar también conocido como «riu sec», para que las aguas que la acequia coge del Xúquer en l'Assut de Antella pudieran regar lo que hoy es término municipal de Algemesí.

Se trata del «cano» de Guadassuar, una construcción singular que según describe el cronista local, Josep Enric Mut, en un informe que ha servido de base al consistorio para incoar su declaración como Bien de Relevancia Local, consta de una casa de compuertas que se ubica sobre el cajero de la acequia justo antes de llegar al río, la conducción subterránea con sólo dos respiraderos y la salida del agua ya en el término de Algemesí. Cabe recordar que el proyecto de la «Ruta de l'Aigua» diseñado por la Acequia Real del Júcar para crear un itinerario cultural y lúdico a lo largo de los 54 kilómetros del canal sitúa en el «cano» de Guadassuar una de las tres áreas de descanso para ciclistas y senderistas que puedan recorrer este itinerario.

La existencia del «cano» queda documentada por primera vez en el privilegio que el rey Martín el Humano concede en 1402 sobre la organización y extensión de la acequia que, en algunas épocas, señala Mut, también fue conocida como «séquia del Cano o del Sifó». El Cronista Oficial de Guadassuar aclara que eso no implica que los elementos más antiguos que se conservan pertenezcan al original ya que, según apunta, los especialistas los datan en el siglo XVII en base al sistema constructivo utilizado.

El cano era una obra de ingeniería de 155 metros de longitud, de argamasa y piedra, que facilitaba la circulación del agua, si bien Enric Mut recuerda que en el año 1975 se construyó un nuevo «cano» de hormigón, un canal de cemento armado reforzado con acero de 147 metros de longitud y 2,50 de luz con un presupuesto de trece millones de pesetas. «Consta de una rampa de descenso prolongado que supera la mitad del trazado subterráneo para elevarse después mediante otro rampa más corta y salir de nuevo a la superfcie. Discurre en paralelo al antiguo 'cano', haciendo una suave curva antes de entrar en el cajero, a pocos metros de la antigua salida», relata. Josep Enric Mut no duda en subrayar que se trata de un ejemplo de ingeniería hidráulica valenciana «aplicada para solucionar un problema que era cómo superar un río Seco para asegurar un riego continuo». Se conservan unos arcos de refuerzo en la salida del agua desconocidos para el gran público.

Mut incide en la importancia de esta estructura en el sistema de riego valenciano y recuerda que también existe el «cano» del Barranc dels Algadins en Alginet, la Sèquia de Cano en Villanueva de Castellón o el Cano del Rei en Sueca, entre otros. «La Acequia Real también se llamaba acequia del Cano o del Sifó y era descrita como un canal que partía del Júcar y que a través de un conducto subterráneo pasaba el agua a la otra parte del 'riu sec' para regar las tierras de Algemesí», recuerda.

El cronista oficial de Guadassuar relata que la entrada del cajero está reforzada por una arcada de piedra y, delante, una reja evita la entrada de materiales que puedan obstruir la circulación del agua en el túnel. Enric Mut recoge en su artículo referencias históricas al «cano» como la descripción que dejó escrita Juan de Roxas (1763-1765) en el mapa de la Real Acequia de Alzira: «Cano es un aqueducto subterranio que aze pasar el agua de una a otra parte de algún río, rambla o barranco, como en esta Real Azequia sucede cuando llega a la rambla de Guadasuar o de Algemesí, por donde paza atesonada por el aqueducto o cano, para evitar que las abenidas de dicha rambla o río seco no impidan el curso del agua de la Real Azequia, ni la maltraten o perjudiquen?». También aporta la descripción técnica que en el siglo XIX dejó Pascual Madoz: «Tiene 9.000 pies de longitud poco más o menos y sobre 20 palmos de ancho? Componen la obra dos grandes planos inclinados que se unen en el centro formando un ángulo obtuso, de modo que la velocidad que lleva el agua al bajar por el plano descendente, le da suficiente empuje para ascender por el plano opuesto».

El cronista oficial alega en su informe que debido al valor histórico de esta construcción hidráulica «es lógico que sea protegida y conservada» con la figura de Bien de Relavancia Local o incluso Bien de Interés Cultural (BIC). El ayuntamiento ya ha dado un primer paso.

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