Compartía extraordinaria amistad, desde muchos años, con Pepe Palacios, a quien dimos cristiana sepultura el pasado lunes. En otros medios de comunicación se ha escrito de lo que sus convecinos conocían. Aquí, en esta ventana informativa que abrimos hace casi mil semanas, no podían faltar recuerdos de mi colaboración, en distintas fases de nuestras vidas, con este alcireño que nos termina de dejar. Cuando me convocaba a su casa para conversar o para encargarme alguna colaboración para la edición de libro-programa «Màrtirs», al llegar las fiestas que organizaba la archicofradía que el presidía, al sonar mi llamada al timbre de su domicilio, preguntaba: «¿Qui es?». Y mi contestación habitual era: «El teu amic». Esto siempre le era agradable. Iba para estar cinco minutos y se cumplía una hora larga.
Conocí de cerca a Pepe Palacios, cuando dejó los estudios en el Seminario Diocesano de Valencia, cuando por las tardes se acercaba al domicilio de la familia Suñer, en la plaza Mayor, 51 -en cuyo piso superior estaban las instalaciones de Radio Alzira- para impartir clases a su hijo Luis. Hubo una extraordinaria colaboración entre la desparecida emisora y Palacios. El que fue locutor de la misma y después director, Ismael Mascarell, compartía gran amistad y de hecho tanto la radio como el diario Levante-EMV, del que era delegado Mascarell, siempre estuvieron presentes en la divulgación de las noticias que se producían en la cofradía de la Virgen de Lluch, de la que Palacios era presidente. También Palacios colaboró un tiempo en Radio Alzira. Un 2 de noviembre de 1971, bajo su presidencia dieron comienzo las emisiones del Santo Rosario desde el santuario de la patrona, que dirigía Antonio Sancho, con la colaboración de la ermitaña, Andrea Ceballos, su tía, que seguían radioyentes de doscientos pueblos al amanecer de cada día.
No se me puede olvidar la noticia que dio la radio la noche del 20 de julio de 1978. Al finalizar la novena a los santos patronos que se celebraba en la parroquia de Santa Catalina, Palacios me comunicó la noticia de la jubilosa confirmación por parte del Papa Pablo VI, del patronazgo canónico de la venerada imagen sobre la ciudad, e inmediatamente le manifesté mi intención de que esta importante noticia debía hacerla saber al pueblo desde el santuario, a través de Radio Alzira, donde se disponía de línea microfónica. Palacios, en su intervención radiofónica, dio lectura del Breve Pontificio. Eran las nueve de la noche, cuando Maruja Lacroix, locutora de servicio, realizaba la conexión con el santuario, sintiendo tal emoción de la noticia que se estaba difundiendo, que no pudo retener unas lágrimas.
Tras la noticia hecha pública por Radio Alzira, las campanas de las iglesias de la ciudad recogían el hecho y el ambiente ciudadano en plenas fiestas bernardinas se hacía candente; por fin el sueño dorado de los alcireños era una realidad. Durante toda la noche se fueron lanzando al cielo carcasas y fuegos de artificio que jubilosos proclamaban el patronazgo.
Otra importante gestión que realizó Palacios, era que el Papa tomara tierra con la aeronave en la explanada -hoy plaza de Juan Pablo I- en la visita a los damnificados de la Ribera, con motivo de las inundaciones por la rotura del pantano de Tous, el lunes 8 de noviembre de 1982. Él fue quien lo propuso al arzobispado. Se desplazaron hasta Alzira para reconocer el terreno. Aquel día, 8 de noviembre, el Papa se hallaba compartiendo la comida del mediodía en un encuentro con los sacerdotes de la Comunidad Valenciana en Moncada. El Papa decide desplazarse hasta Alzira.El traslado aéreo con helicópteros del Ejército y muchos problemas más que se tenían que solucionar con muchas horas de trabajo tomaron forma inmediatamente. Esta importante visita del Papa se la debemos en gran parte a Pepe Palacios.
En estas cortas líneas recogidas en el espacio que me concede cada semana el periódico desde hace casi 25 años, no está todo lo que podía contarles de Pepe Palacios, del que poseo, por haber estado en el lugar correspondiente atento a la actualidad, las últimas fotografías de su participación en los actos religiosos. Me refiero a su presencia en la última «Ruta bernardina», el 28 de mayo último, y en la ofrenda floral a la Mare de Déu de Lluch, el 22 del mismo mes, como se aprecia en la foto que acompañamos, con Matilde Tórtola, su esposa.
