La Associació Cultural Riola Creu en la Cordà se ofreció ayer a hablar con los vecinos de la calle Les Barques y el ayuntamiento en busca de un consenso que facilite la celebración de la tradicional «cordà» el día 6 de agosto, durante las fiestas mayores. La alcaldesa de la localidad, Judit Capellino, también ratificó la intención de diálogo con la agrupación por parte del ayuntamiento.
Este grupo de «coeters» abogó por buscar un entendimiento para desatascar el conflicto y emplazó a los vecinos a formar parte de las conversaciones: «Queremos reunirnos con la alcaldesa y con los vecinos que se muestran recelosos de la celebración y dejar claro nuestro compromiso de hacer lo posible para evitar los daños y, en caso de que se produzcan, reponerlos», explicó Juan Luis Rodrigo, su presidente.
Otro aspecto que señaló el representante de la asociación de la «cordà» es que, en cualquier caso, «hay que destacar que se trata de un grupo reducido de vecinos y si sentamos como precedente que unos pocos tumben una fiesta, cualquier acto que genere una mínima controversia desaparecerá», incidió Rodrigo.
Capellino destacó, por su parte, que el consistorio que preside no cejará en el empeño para lograr que Riola tenga su «cordà» este verano: «Si no acuden a nosotros, iremos a ellos. El ayuntamiento quiere que se celebre una nueva reunión, en la que se pueda llegar a un acuerdo satisfactorio».
«El lugar hace la fiesta»
La alcaldesa confirmó que el área de Fiestas no dispone, de momento, de una alternativa con la que suplir esta hipotética ausencia en un calendario que, a poco más de un mes de que se celebren las fiestas, está incompleto todavía.
«El ayuntamiento no tiene en marcha ningún plan B para el 6 de agosto porque lo que queremos es que Riola tenga ese día su 'cordà' y que se siga con esta tradición durante muchos años más, de no ser así, ni nos plantearíamos financiar los actos», comentó Capellino.
El lugar es la clave del conflicto. Como ayer informó Levante-EMV, el desacuerdo entre la Associació Cultural Riola Creu en la Cordà y el ayuntamiento nace cuando este último comunicó a la asociación festiva que este año debería realizar la «cordà» en un lugar diferente debido a las quejas vecinales.
El presidente de la asociación explicó que desconoce dichas molestias ya que los vecinos no se las trasladaron en su momento. Igualmente, hizo hincapié en que la alcaldesa «demuestra que desconoce la tradición ya que la 'cordà' no consiste en tirar cohetes por las calles, el lugar es el que hace la fiesta, es como si a una falla se le niega plantar su monumento donde lo hace siempre por si molesta a los vecinos», sentenció.
Además, Rodrigo sospecha de las intenciones de la alcaldía con respecto al cambio de ubicación: «El ayuntamiento quiere que sea yo el que elija un nuevo emplazamiento y en caso de que la elección fuera un fracaso, yo quedaría señalado como culpable y podrían tener la excusa para cerrarle el grifo a la fiesta y, al final, con todo esto, el único que pierde es el pueblo, que ve peligrar una tradición diferenciadora», señaló.
