El Síndic de Greuges ha reclamado a la Conselleria de Educación que ofrezca asistencia personalizada a tiempo completo a un alumno de la Ribera Alta que padece epilepsia. El padre facilitó al instituto las herramientas médicas necesarias para paliar las crisis sufridas debido a problemas con el tratamiento, pero el centro se negó alegando «no estar obligado a la administración de medicamentos». Hasta ahora, el menor contaba con una educadora a media jornada, pero el padre había denunciado de forma reiterada que existían deficiencias en la atención a su hijo y que esta asistencia no era suficiente debido a las particularidades de la enfermedad.

El padre pidió amparo a José Cholbi, Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana, hace un par de meses para reclamar su ayuda ante la situación que sufría su hijo en el instituto. El menor, que ha estudiado 1º de Bachillerato este curso, lo ha hecho en unas condiciones «deficientes», según asegura el padre. El adolescente sufre epilepsia y, al parecer, su situación se agravó el pasado mes de noviembre, tras un problema de ajustes de medicación. El alumno sufría episodios de crisis casi todos los días, lo que se trasladaba en conductas de ira que le han costado la apertura de expedientes en el centro.

Ante esta situación, se abrían dos escenarios posibles que, al parecer, no llegaron a cumplirse: En primer lugar, el padre alegó que la atención que recibía su hijo (una educadora a media jornada) era insuficiente; en segundo lugar, puso a la disposición del centro la medicación necesaria ante una crisis convulsiva que, según el síndic, se devolvió a su progenitor «con el beneplácito de la inspección educativa alegando que no están obligados a la administración de medicamentos», según destaca el defensor del pueblo valenciano.

El padre trasladó a Cholbi varios incidentes acontecidos durante el curso que desembocaron en la apertura de expedientes al alumno. Al sufrir crisis epilépticas, su capacidad de control se ve mermada, lo que provocó algunos estallidos de ira en el centro que terminaban con el menor desfallecido, perdiendo la consciencia. Según el síndic, «estos episodios ilustran la necesidad de una atención permanente y personalizada para el joven».

La aparición de estas crisis a diario y los informes médicos presentados dan constancia de que el menor no puede permanecer solo en ningún momento ni separarse de su medicación. Por ese motivo, la institución «estima necesario la asistencia de un profesional de apoyo a tiempo completo para evitar daños irreparables en el menor y no ocasionar situaciones de estrés y tensión tanto al menor como a los compañeros y al profesorado ante las conductas impredecibles del mismo». Además, el síndic insta a que el personal docente del centro en cuestión esté cualificado para una posible intervención.

Además, Cholbi ha instado a que se revisen «los expedientes académicos relacionados con este menor, puesto que los episodios de indisciplina podrían responder a una manifestación de su enfermedad y de la medicación pautada y no de actitudes conductuales negativas», ha sentenciado.