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Prueba

Un experimento mejora el cultivo citrícola y logra reducir costes

El método concreta la cantidad de agua que necesita la tierra a través de sistemas tecnológicos

Un experimento mejora el cultivo citrícola y logra reducir costes

Investigadores de la Universitat Politècnica de València han desarrollado un método que permite obtener el máximo rendimiento en la producción de cítricos mediante la optimización del sistema de riego. Se trata de un programa que se fundamenta en la implantación de una serie de herramientas tecnológicas que establecen la cantidad de agua necesaria para el cultivo, con el objetivo de que el agricultor ahorre agua, mejore la calidad del producto y reduzca los costes totales de producción. El labrador solo tiene que descargarse una aplicación y seguir los consejos que le proporciona la herramienta.

El estudio se ha llevado a cabo en campos de naranja de Picassent. Los investigadores analizaron la información proporcionada por las imágenes de los satélites que permitieron medir la evapotranspiración real de los cultivos y el estado de estrés hídrico de las plantas. Estos datos, junto a los proporcionados por sistemas que ayudan a conocer las condiciones meteorológicas, las características de los cultivos, la humedad del suelo o el potencial de tallo de las hojas, proporcionan una radiografía completa de la situación hídrica de los cítricos. De esta manera, la aplicación del sistema ideado permite realizar una programación semanal del riego, ajustando las necesidades hídricas de los cultivos al grado de estrés que tienen los árboles y las previsiones meteorológicas para los próximos días.

«Hemos validado una metodología que integra una serie de factores en búsqueda de la agricultura de precisión, en la que las nuevas tecnologías permiten optimizar los recursos para alcanzar la máxima productividad», explica el investigador principal del proyecto, Fernando Martínez. Se trata de una metodología que ayuda a tomar decisiones a corto plazo y que adopta decisiones a partir de datos climáticos anteriores a la programación del riego y de previsiones futuras. «Hasta ahora las metodologías de riego se basaban en estándares climáticos diferentes a los actuales, en el futuro todo va a ser más impredecible. Por ejemplo, los otoños no son tan lluviosos como hace unos años», señala Martínez.

El agricultor puede beneficiarse de la información y consejos que le proporcione la aplicación buscando en ella su parcela, o ir más lejos e instalar „además„ unos sensores en su campo que, enlazados con la plataforma, proporcionan una infinidad de datos mayor como la predicción del tiempo local, humedad del suelo en la zona radicular, pérdidas de agua por evaporación o percolación, agua aportada por la lluvia o el riego, estado de desarrollo de las plantas, producción estimada en la cosecha, costes estimados de producción, etc. El sistema de ayuda de la aplicación sugiere cuándo y cuánta agua debe ser aportada para conseguir los mejores resultados, reduciendo el riego y los costes, e incrementando la producción y la calidad del producto final.

La vertiente economizadora es uno de los pilares del proyecto. «Si se reduce la cantidad de agua y las bombas trabajan en su estado óptimo de rendimiento, se disminuyen los costes y las emisiones de dióxido de carbono». Por este motivo, la supervisión de los grupos de bombeo es otra tarea para incrementar el ahorro. «Se pretende que el sistema trabaje al máximo rendimiento, con la adecuada presión para que no se produzca un mayor consumo energético». Además, se recomienda activar las bombas cuando las tarifas eléctricas son más económicas.

El método, que se encuentra en periodo de prueba, ha sido desarrollado por investigadores de la UPV pertenecientes al Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente y al Centro Valenciano de Estudios sobre el Riego, dentro del proyecto europeo Figaro.

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