Son muchas las aves que han tenido que emigrar por el efecto de las llamas, caso de especies como abubillas, palomas, mirlos o carboneros comunes. Otros animales no tuvieron tanta suerte y fueron calcinados en masa. Son los casos de serpientes, lagartijas, fardachos, dragones, ratas, ranas, escorpiones o langostas. Las pérdidas son incuantificables. La reforestación deberá ir complementada por la repoblación. Además, una vez calcinado el 80% de la superficie, los jabalíes se están viendo obligados a acercarse a los cultivos que se salvaron del fuego para conseguir alimento. Eso a menudo supone bajar a zonas pobladas por personas. Ya hay muchos testimonios de su presencia en zonas de cultivo del Reialenc. carles senso alzira
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