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Una pareja de cernícalos anida en un céntrico edificio de Alzira

Dos de sus polluelos ya sobrevuelan las calles alcireñas y se desconoce si existen más huevos - Se trata de pequeñas aves rapaces que prefieren vivir en ciudades rodeadas de huerta

Una pareja de cernícalos anida en un céntrico edificio de Alzira

Alzira convive desde hace unos meses con una familia de cernícalos, unas aves rapaces de menor tamaño que los halcones que han anidado en la parte superior de la fachada del antiguo edificio de Telefónica situado en la avenida Luis Suñer. Los cuatro ejemplares se dejan ver a primera hora de la mañana y al atardecer, cuando regresan al nido con comida.

Los cernícalos avistados en Alzira son dos adultos y dos crías. Se encuentran ahora en plena fase de reproducción y suelen poner unos 5 o 6 huevos, por lo que se desconoce si en el nido todavía queda algún huevo o solo han sobrevivido dos. Por las fechas, y según asegura el responsable técnico de la empresa de servicios medioambientales Estudi Verd, Francesc Català, «las crías llevarán con vida unos 30 días, por lo que es probable que en poco tiempo se emancipen». Estas aves anidan en las ciudades porque encuentran en los edificios altos unos lugares idóneos para vivir. En Valencia, por ejemplo, se pueden encontrar en casi todos los barrios, sobre todo en los que están cerca del antiguo lecho del Túria. Les gusta la altura y tener cerca una zona de huerta o grandes jardines para planear y buscar sus capturas, por lo que Alzira se postula como una ciudad idónea para ellas. «Se alimentan de insectos, ratones o pequeños pájaros y contribuyen a mantener la ciudad limpia», explica Català. El único inconveniente es que, en ocasiones, sobre todo cuando la comida escasea, atacan a los pájaros domésticos que algunos vecinos tienen en jaulas en los balcones de sus viviendas. Ese mismo caso le sucedió a un vecino de Alzira de la vivienda que linda con el edifico de Telefónica. «Escuché un ruido en el balcón y me encontré con el cernícalo intentando capturar al jilguero que tenía en una jaula», explica el residente. «Lo espanté y evité que se lo comiera». En estos casos, el responsable medioambiental de Estudi Verd aconseja «colocar una malla para evitar que los cernícalos puedan meter las patas dentro de las jaulas». En algunas ocasiones, cuando son pequeños, llegan incluso a comerse a los hermanos. Pese a ello, y sin contar los pequeños ataques que se hayan podido producir, se trata de unas aves que conviven plácidamente con los habitantes de la zona. De hecho, el mismo vecino alcireño asegura que le gusta escuchar el sonido de estos animales ovíparos cuando regresan al atardecer.

Halcones pequeños

La descripción de los cernícalos coincide con un ave similar al halcón, aunque de menor tamaño, de cabeza abultada, pico y uñas negras fuertes, con un plumaje rojizo más oscuro por la espalda que por el pecho y manchado de negro. «Se trata de un ejemplar que maniobra muy bien al ser pequeño de entre los rapaces; se podría comprar con un helicóptero en términos militares», argumenta el representante de Estudi Verd. Se trata de una especie protegida y en expansión, por lo que «es fácil que en Alzira existan más nidos como este». Posiblemente la época del año en la que más cernícalos se puede observar es el invierno, cuando se juntan las aves que frecuentan las ciudades con las que proceden del centro de Europa huyendo del frío. Lo cierto es que se trata de unas aves que han venido para quedarse.

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