Durante las décadas de los 60, 70, 80 y los años 90 la permisividad en el alquiler de los apartamentos en las zonas turísticas, incluso de habitaciones, era estaba enormemente difundida. Los arrendadores conseguían de esta forma unos ingresos extra para la economía familiar y las ciudades de costa veraniegas lograban, paralelamente, atraer a un gran número de visitantes. Desde los inicios del siglo XXI, todas las administraciones han hecho un frente común para poder combatir la ilegalidad. Las organizaciones de empresarios del sector del alquiler de apartamentos no han cesado en la intención de que esta situación, irregular e ilegal, se solucione.

El problema fue creciendo hasta considerarse a los alojamientos turísticos no reglados como uno de los principales problemas a los que se enfrenta este sector económico clave no solo en el territorio valenciano sino que también en toda España. Expertos en la materia se reunieron ayer en Cullera para analizar profundamente la situación durante el transcurso de la jornada «Las reglas del juego del alojamiento turístico. El intrusismo como amenaza a los destinos turísticos», organizada por la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), la Agencia Valenciana de Turismo (AVT) y el Ayuntamiento de Cullera. Una de las principales conclusiones a las que se llegó es la necesidad de estudiar la posibilidad de que la Policía Local se implique en la detección de alojamientos irregulares. Esta propuesta se llevará a la FVMP para su debate. Durante años ha sido una de las peticiones más importantes que han venido realizando los miembros de las agencias de alquiler de apartamentos, así como los hoteleros valencianos, los cuales también reivindicaron una regulación total sobre los alojamientos turísticos.

Hay que tener en cuenta que sólo en el último año las campañas que se han venido lanzando desde la Generalitat Valenciana han logrado inscribir más de 6.000 nuevos alojamientos que antes no estaban regularizados, según desveló en la inauguración de la jornada Pepe Gisbert, representante de la AVT.

«Debemos seguir con esa política iniciada por parte de la Generalitat Valenciana», dejó claro Isabel Palafox, subdirectora general de Turismo, quien invitó a la colaboración entre las distintas administraciones.

Los expertos también debatieron sobre las oportunidades y amenazas que supone para el sector la denominada «economía colaborativa», además de las oportunidades que representa el uso cada vez mayor de internet para reservar alojamiento.

Al respecto, el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, defendió que el uso de las nuevas tecnologías «más que una amenaza son una verdadera oportunidad» y destacó que en el caso del municipio ribereño que él comanda se ha puesto en marcha la plataforma Cullera City Tour que, a través de la web www.culleraturismo.com, permite hacer reservas. «Cullera City Tour es, precisamente, una herramienta en la que para estar hay que ser una empresa legal y, por tanto, supone una barrera para los alojamientos no reglados», defendió Mayor.

La falta de camas es uno de los principales problemas del sector turístico en Cullera, donde existen muy pocos hoteles. El gobierno municipal trabaja codo con codo con el sector para lograr reconvertir apartamentos vacíos o no inscritos en nuevas plazas regladas que ofrezcan una mínima garantía de calidad, detalló por su parte el concejal de Turismo, Javier Cantos, quien participó como moderador de una de las tres ponencias de la jornada.