Los bañistas que cada fin de semana visitan l'Assut de Antella no faltaron a su cita y ayer volvieron a llenar el paraje natural para disfrutar de una agradable jornada pese a saber que, apenas unos días atrás, un joven se ahogó tras sumergirse en una zona de enorme peligro donde está prohibido el nado. Los visitantes, algunos de ellos llegados de diferentes puntos de la Comunitat Valenciana e incluso de otras autonomías como Castilla la Mancha o Murcia, afirman ser prudentes a la hora de elegir una zona de baño y consideran puntual el suceso acaecido el domingo pasado en Antella.

Muchos de los visitantes que ayer se acercaron al paraje natural antellense se ubicaron sobre el césped, muy cerca de una zona tranquila de baño donde el agua apenas cubre medio cuerpo. Según aseguran, la mayoría actúa de un modo prudencial al tratarse de familias que acuden con sus hijos a pasar una agradable jornada. Sin embargo, también se desplazan hasta Antella usuarios que buscan explorar nuevas sensaciones, muchas veces a través del riesgo. De hecho, la mayoría de víctimas que han perdido la vida en l'Assut de Antella suelen ser extranjeros que ignoran la amenaza de nadar en las zonas peligrosas cerradas al baño. Respecto a esto, los bañistas son contundentes y atribuyen los incidentes ocurridos a la actitud de estas personas. «Cada uno tiene que saber donde se mete. Existen carteles de advertencia, pero si no haces caso, asume las consecuencias», comenta Fabián Tituaña, un bañista ecuatoriano afincado en Valencia. Otro usuario, Antonio Gómez, explica que «todos los ríos tienen sus peligros y los bañistas, aunque no conozcan un paraje como el de Antella, deberían de saber unas nociones básicas antes de meterse en el agua». La conquense Sara Cuevas, por su parte, comenta que «para bañarse no hace falta buscar zonas peligrosas» e Israel Cedrán, de Almansa, propone que «se vallen las zonas peligrosas para evitar que se utilicen, aunque al final los más atrevidos van a desobedecer las normas y seguir bañándose en estos lugares», sentencia.

Criterios diferentes

La familia de la valenciana Merche Pérez se desplazó ayer hasta Antella junto a otras dos unidades familiares. «Hemos venido tres familias juntas con los niños, por eso buscamos una zona tranquila para instalarnos y no estar pendientes de si los niños se meten en zonas peligrosas», comenta la bañista. La propia Merche explica que «se debería de habilitar un servicio de socorrismo, aunque se tenga que pagar para tener más controlados a los usuarios que hacen mal uso del paraje natural y, al mismo tiempo, evitar que los niños en un descuido se metan en zonas peligrosas». En este aspecto, Fabián opina que «deberían de controlarse más las zonas donde haya más peligro», mientras que Israel matiza que «más que un puesto de socorrismo se tendría de controlar y advertir a los usuarios de la peligrosidad de los diferentes emplazamientos», antes de que los mismo efectuen las inmersiones. «Eso sí, realizando tareas de control, sin sancionar a los bañistas», añade. No obstante, esta idea no convence a todos. «Aunque se establezca un tipo de control, si la gente no se conciencia del peligro va a seguir sucediendo lo mismo. Lo que hace falta es más información», argumenta el turista de Sant Vicent del Raspeig, Migue Castillo. Antonio, por su parte, también considera que falta comunicación, «no una infraestructura que cueste más dinero aún a las autoridades solo para controlar a gente adulta que tendría que ser responsable».

En este aspecto, la alcaldesa de Antella, Amparo Estarlich, recuerda que el consistorio ya actuó como debía en su momento. «Hubo una campaña de información para los usuarios y existen carteles que delimitan las zonas de baño permitidas y las que no lo están, pero tampoco podemos hacer mucho más en una zona que no es nuestra competencia», argumenta. Estarlich explica que la Policía Local visita bastante el paraje como medida de precaución y que la Policía Autonómica también realiza labores de control en la zona, pero al final «son los bañistas los que tienen que hacer un uso responsable del lugar».

Admisión de mascotas

Algunos de los turistas que ayer visitaron l'Assut de Antella no entienden el porqué la zona no admite mascotas. «Deberían de habilitar una zona para perros. Nosotros venimos a pasar el día y no podemos dejar la mascota en casa con el calor que hace; no lo entendemos», explica Fabián. Merche, por su parte, se muestra sorprendida al encontrarse con el cartel de prohibición. «No lo entendemos, es una zona verde y los animales en ocasiones son hasta más limpios que nosotros». Las autoridades mantienen que la restricción se hace por seguridad ante los numerosos bañistas, muchos de ellos niños, que visitan el paraje natural de Antella.