Cullera registró ayer dos accidentes de tráfico en menos de 12 horas, uno en la carretera del Brosquil y otro en el siempre temido punto negro de la A-38.

El primero de ellos se produjo cuando una moto de gran cilindrada perdió el control en la carretera que une Cullera con Tavernes de la Valldigna, tras pasar por el puente que cruza el Estany de Cullera. La moto quedó abandonada en una finca abandonada. La Guardia Civil acudió al lugar de los hechos, donde solo se encontraba la moto y se limitó a acordonarla con una cinta y se dispuso a localizar a su conductor.

El segundo accidente se registró tras la colisión de dos vehículos en la A-38 a su paso por la localidad, alrededor de las 07:45 de la mañana. En el rescate de las víctimas del accidente intervenieron miembros de la Guardia Civil de Tráfico y del cuerpo de bomberos del retén de Cullera. Estos tuvieron que excarcelar a uno de los implicados en la colisión entre los dos vehículos. El herido tuvo que ser trasladado de urgencias al Hospital Universitario de la Ribera, situado en la localidad vecina de Alzira. Este segundo accidente ocurrió en uno de los tramos más polémicos de la A-38. Los vecinos de la zona instan repetidamente a las autoridades a solucionar este punto negro de la vía.

En ninguno de los dos accidentes se han tenido que lamentar pérdidas personales.