Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los efectos de la pobreza se dejan sentir cada vez más en los jóvenes

La estadística oficial acredita que el aumento del riesgo de indigencia y exclusión social crece más entre los menores de 16 años que entre los adultos - Un 30 % de los menores se ven afectados

Los efectos de la pobreza se dejan sentir cada vez más en los jóvenes

La precariedad en muchos de los hogares de la Ribera queda patente en las cifras, aunque detrás de cada número hay una realidad que se muestra cada vez peor para los más pequeños. Los datos oficiales relacionados con la pobreza y la dificultad de llegar a final de mes de los habitantes de la comarca, adelantados ayer por Levante-EMV, reflejan una situación delicada, cuando no severa, para una buena parte de las familias. Y este desolador retrato social tiene su reflejo entre los niños. Los menores de16 años son los que peor parados salen, ya que las cifras constatan que este segmento de la población sufre un mayor riesgo de pobreza y exclusión social al llegar al 30 % en ambas comarcas.

La economía de la mitad de los hogares de la Ribera pasa por serias dificultades. Los datos reflejan que el 48% de las familias tenían en 2014 complicado llegar a final de mes con sus salarios actuales. Además, una quinta parte de los habitantes de la comarca se encontraba en riesgo de pobreza y exclusión social. Según los datos de la Conselleria de Economía, en la Ribera Alta se calcula que un 24,7 % de la población se encontraba bajo esa amenaza en el año 2012, una cifra que había aumentado dos años más tarde hasta situarse en el 26,7 %. La Ribera Baixa también había empeorado estas cifras al pasar del 26,7 % en 2012 al 27,7 % en 2014. Lo que quiere decir que en el conjunto de la comarca se ha incrementado el número de personas pobres.

Las cifras que hacen referencia al cómputo global de la población reflejaban un panorama desolador para muchas familias que tiene su repercusión entre los más pequeños. El riesgo de pobreza entre los menores de 16 años se situaba en cifras parecidas a las de los adultos en el año 2012, siendo de un 27,7 % en la Ribera Alta y de un 28, 4 % en la Baixa. En el transcurso de dos años, ambas comarcas han visto incrementado este dato hasta el 30 %. El aumento en dicho periodo ha sido mayor entre los jóvenes que entre los adultos, un indicativo que demuestra cómo las situaciones de pobreza se ceban de manera más cruel con el sector infantil.

Actuaciones estivales

La época estival es una de las más complicadas tanto para los niños como para las personas mayores. Las altas temperaturas causan estragos entre los más pequeños, que se pueden ver perjudicados en casos de malnutrición. Ante los problemas económicos de las familias de la comarca más castigadas por la crisis son muchos los municipios de la Ribera que optan por tomar medidas excepcionales para que sus vecinos más jóvenes pasen el verano sin que las carencias alimenticias afecten a su salud. Para ello han abierto comedores sociales en ciertos colegios. Los pequeños tienen así la oportunidad de mantener una dieta sana y equilibrada. En algunos casos, los ayuntamientos se han comprometido incluso a llevan la comida a sus casas. De este modo, se logra mitigar parte de un problema de gran magnitud.

Compartir el artículo

stats