Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tribunales

El joven que se fugó con la menor deberá cumplir 30 meses de cárcel

El juez le condena seis meses tras admitir que incumplió la orden de alejamiento que tenía sobre la chica - Los dos años restantes de prisión se le acumulan al ser fruto de delitos anteriores

El joven de veinte años Eduardo G. O., con el que se fugaba la menor de Carcaixent, ingresará en prisión tras reconocer que incumplió la orden de alejamiento que le obligaba a apartarse de la adolescente. El afectado pactó ayer con la Fiscalía una condena de dos años y seis meses y evitó así la necesidad de celebrar un juicio. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 3 ha fijado en seis meses la pena por quebrantar la prohibición de aproximarse a la chica de 13 años. La existencia de antecendes penales por hurto y otros delitos le obliga ahora a entrar en la cárcel. En total sumará dos años y medio de condena en el centro penitenciario de Picassent. No obstante, todavía quedan pendiente de juicio varias causas, cuya vista oral se celebrará de septiembre, entre ellas una por inducir presuntamente a la menor a abandonar el hogar familiar.

Eduardo, en la mañana de ayer, reconoció ante el juez haber quebrantado la ley que le impedía acercarse a la menor. Tenía prohibido traspasar una barrera de 500 metros en torno a la niña. De este modo, asumió por conformidad los seis meses de condena, que sumados a las causas pendientes han establecido finalmente los dos años y seis meses que cumplirá en prisión.

«Perfecto, lo acepto», proclamó el joven en el momento en el que se enteró del posible acuerdo. El juez estimó seis meses de pena por transgredir la orden de alejamiento y eliminó la suspensión que pesaba sobre las condenas anteriores del joven por varios delitos, que sumaban otros 24 meses.

Momentos de tensión

El muchacho se personó en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 3 en torno a las diez de la mañana con una actitud chulesca, acompañado por su abuela y un amigo, a la vez que dedicaba peinetas e insultos a los periodistas. Poco después, la menor y su familia llegaron a la sede judicial y esperaron su turno.

Los momentos previos a la resolución judicial estuvieron marcados por la tensión. Apenas unos metros separaban al acusado de la menor y su familia. El joven veinteañero inició, entonces, una serie de provocaciones hacia la familia de la menor que terminaron en insultos y amezas diversas tanto para los familiares de su pareja como para la prensa. El padre de la menor no soportó las bravuconerías del chaval y se enzarzaron en una discusión verbal que fue desactivada por los familiares de ambas partes, que trataron en todo momento de evitar que se aproximaran el uno al otro.

Un agente de la Guardia Civil y dos miembros de la Policía Nacional se acercaron para llamar al orden y separar a las dos familias para evitar que la discusión pasará a las manos.

Tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía, Eduardo G. O. se mostró igual de chulesco a las puertas del recinto judicial, donde bromeaba con su amigo, incluso siendo conocedor de la condena que le llevará a pasar los próximos meses en una celda del centro penitenciario de Picassent.

Compartir el artículo

stats