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El registro de fechas contradice al presidente de la JLF de Carcaixent

El día 7 de julio Dénia envió las invitaciones a varias direcciones de correo de la junta local Los presidentes de algunas comisiones falleras no dan crédito a las palabras de Juan Lluesma

El registro de fechas contradice al presidente de la JLF de Carcaixent vicent m. pastor

La polémica en el mundo fallero de Carcaixent no cesa. La versión que defendía el presidente de la Junta Local Fallera (JLF), Juan Lluesma, sobre la precipitación de los acontecimientos de este pasado fin de semana se vino abajo en la reunión que mantuvo con los presidentes de las comisiones y otros representantes de las fallas. La invitación de Dénia llegó a varias direcciones de correo de la JLF el 7 de julio y no la pasada semana como sostenía Lluesma, según han reconocido varios asistentes al cónclave celebrado el martes. Destacados falleros destacan que sea el segundo desplante del presidente a las falleras de 2016 tras el ocurrido en la cena del boceto.

El responsable de la JLF quiso trasladar a los presidentes de las fallas y a las reinas de las fiestas de 2016 un mensaje de tranquilidad y perdón, pero se encontró de bruces con una serie de pruebas que ponen en duda su versión sobre lo ocurrido el último fin de semana. Lluesma ha reiterado en varias ocasiones que se llevó a Dénia a las falleras mayores de 2017, entre las que se encuentra su hija, por la precipitación de los hechos. Esto quedaría en entredicho tras las pruebas que se presentaron en la reunión, que reflejan que la invitación llegó al presidente el día 7 de julio. A esto hay que sumar que, según se ha contrastado, Andrea Lluesma tenía una cita en la peluquería antes de su viaje a Dénia, lo que hace sospechar que la fallera y el presidente eran conocedores del evento que se iba a celebrar.

Un primer agravio

Ante tales pruebas, según algunos asistentes, Juan Lluesma apuntó que el revuelo causado se debía a una cuestión personal que «buscaba venganza». Algunos presidentes de las comisiones falleras de Carcaixent se mostraron estupefactos ante la persistencia de Lluesma en su versión. Gran parte de los sectores molestos con el máximo representante de la junta local se declararon dispuestos a perdonar el error, pero no aceptaron las disculpas «basadas en una mentira». Otra de las justificaciones del presidente de la JLF también se desmoronó. Lluesma había explicado que no avisó a la fallera mayor de 2016, además de por las prisas, por encontrarse en Barcelona; un hecho que ella misma reconoció ser falso ante los presentes.

Por si fuera poco, la noche del martes sirvió para descubrir que lo ocurrido en Dénia no era el primer agravio de Juan Lluesma a las reinas falleras de 2016, sino que existía uno anterior, ocurrido a finales de junio durante la celebración de la cena de los bocetos.

La nueva junta local celebró este acto en fechas cercanas al incendio de Carcaixent, por lo que estuvo marcado por una escasa asistencia. No obstante, todo apunta a que se preparó un guión en el que las falleras de 2016 formaban parte del desarrollo del acto y que fue cambiado por el propio Lluesma para que su hija y la fallera mayor infantil del próximo año se convirtieran en las protagonistas del evento. Las reinas de 2016 y sus cortes quedaron relegadas a un segundo plano.

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