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Apresan en Perú a un alcireño que pretendía sacar 31 kilos de coca en latas de conserva

Los botes contenían granos de café para evitar que los perros lo detectaran

Apresan en Perú a un alcireño que pretendía sacar 31 kilos de coca en latas de conserva

El alcireño D. B., de 40 años de edad, fue detenido la pasada semana en la capital de Perú, Lima, cuando intentaba enviar a España presuntamente más de 31 kilos de clorhidrato de cocaína camuflados en latas de conserva. El ribereño fue arrestado por la policía junto con otras dos personas de nacionalidad peruana de 38 y 44 años cuando manejaban la mercancía cerca del aeropuerto Jorge Chávez, a 12 kilómetros de la capital del país suramericano. El valor de la sustancia incautada supera en el mercado los 2 millones de dólares, unos 1,8 millones de euros.

El plan, según relata a los rotativos peruanos el general de la Dirección Ejecutiva Antidrogas (Dirandro) de la policía de Perú, Luis Pantoja, era «enviar 3.000 envases de conserva entre los cuales iban camuflados 53 llenos de droga junto con granos de café para que los perros no la detectaran». Después, para reconocer cuales eran las latas que contenían la cocaína «se les colocaba una fecha de vencimiento diferente», añade el general. Sin embargo, el estudiado plan no llegó a materializarse, pues los agentes sorprendieron a los tres cómplices con la mercancía antes de que se llegara a realizar el correspondiente envío a tierras españolas.

Según explicó Pantoja, el alcireño «ingresó en el país el 30 de junio y planeaba regresar a España el día 17. Llegó con su compatriota S. V., pero este se fue antes». Precisamente, Levante-EMV consiguió hablar ayer con S. V., también vecino de Alzira, quien —según argumenta— desconocía los negocios del detenido. «Me dijo que se quedaba unos días más allí, que tenía unos asuntos que resolver, y yo regresé», explica. Fue al llegar a España cuando descubrió que su compañero de viaje había sido arrestado, mostrándose sorprendido al conocer que la policía peruana también había filtrado su nombre pese a no tener nada que ver ni estar imputado. «Si lo llego a saber no voy», sentencia.

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