La Plataforma Pont de Ferro está presentando alegaciones a la primera fase del proyecto de rehabilitación del puente de Alfonso XIII, inaugurado en mayo de 1916, que une los términos de Sueca y Fortaleny sobre el río Xúquer. La recuperación y nueva puesta en servicio de esta histórica infraestructura, protegida como Bien de Relevancia Local, es un antiguo compromiso de la Diputación de Valencia. El papel de la plataforma ha tenido una trascendencia especial en esta reivindicación, además de las asociaciones ciudadanas, partidos políticos y ayuntamientos de la Ribera Baixa. Sin ánimo de demorar más la restauración y puesta en servicio del puente para ciclistas y peatones, entidades integrantes de la plataforma, de Sueca, Corbera y Llaurí, presentan argumentos de tipo constructivo para mejorar el proyecto y con el objetivo de garantizar su ejecución completa en el mínimo espacio de tiempo posible, aseguraron ayer en un comunicado.
En primer lugar denuncian que el Área de Carreteras de la Diputación expone al público la primera fase de un proyecto de dos etapas sin hacer público los detalles de la segunda fase. «Da la impresión de que a la segunda fase no se le da la importancia que requiere, cuando es esta la que realmente tiene una utilidad pública», exponen. Será en la citada segunda etapa cuando se instalará una pasarela sobre la A-38 y el acceso a esta desde Sueca. Y muestran su preocupación porque no se habla de plazos y coste económico.
Sobre la iluminación apuntan que no está contemplada en la obra que hasta el próximo lunes estará sometida a exposición pública. Tan sólo se habla de la instalación de las conducciones y arquetas necesarias, explican. Por ello, sugieren que deberían «aplicarse criterios de economía, sostenibilidad y anticontaminación lumínica, utilizando para ello energías 100% renovables como pequeños generadores eólicos o placas solares fotovoltaicas».
A las asociaciones y particulares integrantes de la plataforma les llama la atención que en esta parte del proyecto, que es básicamente patrimonial, no se hace referencia alguna a la recuperación de «los muretes o pretiles de sillería, mampostería ordinaria o careada que existía en la rampa de acceso». Recuerdan que posiblemente fueron sustituidos en 1990 con la finalidad de ensanchar la calzada por los actuales guardarraíles o quitamiedos metálicos.
En este sentido proponen una actuación de carácter formativo y laboral. «No estaría de más que desde la diputación se activaran los mecanismos necesarios para la puesta en marcha de una Taller de Empleo de mampostería y construcciones en piedra natural, bien a través de los ayuntamientos afectados, Fortaleny y Sueca, bien a través de la Mancomunitat de la Ribera Baixa, o bien la propia Diputación», apuntan. Y afirman que se conseguirían «dos objetivos, por un lado devolver la rampa de subida a su aspecto original y por otro se lograría formar a personas sin empleo en una especialidad que podría permitirles abrirse camino en el mercado laboral». También sugieren que esta misma técnica constructiva podría aplicarse a las entradas a los túneles de acceso a la pasarela sobre la A-38 de manera que disimulara el talud y mejorara su integración en el histórico puente.
Las alegaciones finalizan recordando que los puentes son hábitats «de vertebrados e invertebrados que se valen de sus grietas o rendijas, y muy especialmente, de murciélagos (ratetes penades), mamífero insectívoro beneficioso cuya población se encuentra en franca recesión». Por ello, confían que desde la diputación muestren una especial sensibilidad con este tema y que los técnicos medioambientales del ente provincial lleven a cabo un riguroso control mientras se realizan las obras.
