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El mosquito tigre vuela menos

La acción coordinada de los municipios de la Ribera reduce eficazmente el número de estos vectores

El mosquito tigre vuela menos

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La persistencia y la coordinación de los municipios contra el molesto mosquito tigre parece que está dando sus frutos, al menos en lo se lleva de verano. Esta temporada, conscientes de que las acciones de una sola población pueden carecer de efectividad si en las localidades colindantes no se hace lo propio, desde el Consorcio de la Ribera, organismo que agrupa a las dos mancomunidades más representativas de la comarca, se ha impulsado una campaña conjunta.

La actuación simultánea abarca 35 municipios, según explica la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sueca, Isabel Jiménez. «Algunas poblaciones más están solicitando sumarse en vista de la efectividad de las actuaciones», añade. Y apunta que «al estar subvencionadas por la Diputación, localidades más pequeñas pueden realizar los tratamientos que a nivel individual no podrían». Jiménez observa que «si tú cuidas tu municipio y el vecino no, tenemos un problema, porque los tratamientos pierden efectividad». Aunque la ayuda de la diputación es solo para el mosquito tigre, el Consorcio ofrece el tratamiento para combatir esta plaga y la de mosca negra. «En Sueca estamos aplicando los dos», afirma la edila, quien confiesa sentirse «satisfecha porque no hemos alcanzado niveles elevados en ninguno de los casos a fecha de hoy. Eso nos da mucha esperanza de que podamos terminar la temporada habiendo combatido eficazmente la plaga de mosquito tigre en toda la Ribera, respecto a la amenaza que representaba el insecto y sus consecuencias muy molestas para la salud de las personas», añade.

La edila asegura que, a través de la empresa Lokímica, se fumiga directamente si detectan un foco de adultos de mosquito tigre o mosca negra. «Pero, sobre todo hemos trabajado mucho la prevención, por eso hemos tenido buenos resultados», manifiesta. Cuenta que han identificado los imbornales problemáticos, se ha intensificado la limpieza viaria y se aplica el tratamiento porque suelen tener agua estancada. «El mosquito tigre habita en lugares donde hay poca cantidad de agua estancada, lo tenemos alrededor y es diurno, todo lo contrario de la mosca negra que busca las corrientes, por lo que sus tratamientos son diferentes», explica. Y llama la atención en el hecho de que «el mosquito convencional suele picar por las noches, mientras que este ataca por el día y sus picaduras son más virulentas y suelen necesitar de atención sanitaria». La concejala matiza que en el mes de mayo se observaron un total de 3.385 imbornales, de ellos, 351 necesitaron tratamiento. «Más recientemente y en pleno verano, los buenos resultados se han mantenido», asevera. Del 17 al 23 de junio se revisaron otros 247 imbornales, once de ellos registraron una baja presencia de larvas (nivel 1) de mosquito tigre, y siete revelaron baja presencia de larvas de mosquito culex o común.

La presencia de estos insectos molestos, y dañinos para muchas personas que han necesitado de atención médica, se establece por niveles. El nivel 0 significa ausencia total; el 1 indica una presencia baja de larvas, en un número nunca superior a 10; el 2 es una presencia media, entre 11 y 20 larvas en cada muestra; y el nivel 3 indica una presencia alta, a partir de 20 larvas. «Después, en estado adulto pueden existir focos y se observa, bien porque se trata de una zona donde se han producido muchas picaduras o por avisos de particulares, de los que únicamente hemos recibido tres», observa la responsable municipal de Medio Ambiente. «En ese caso, avisamos a la empresa y los técnicos lo comprueban in situ y se actúa», matiza. Cada quince días se realizan inspecciones o cuando se requiere, asegura, si bien «en todo caso, en Sueca, se ha registrado una presencia baja de este insecto, atendiendo a las muestras que toman los técnicos». El coste es de 0,35 euros por habitante y año, según manifiesta, y el tratamiento se aplica durante todo el ciclo vital de los insectos, desde que sube la temperatura en marzo hasta el otoño, a mediados de octubre.

Municipio pionero

Sueca se vio obligada en 2014 a aplicar tratamientos ante la pasividad y silencio demostrado desde la Conselleria de Agricultura. Todos los requerimientos recibieron la callada por respuesta. A principios de junio de ese año se registraban en el ambulatorio hasta treinta incidencias diarias por picaduras. El primer helicóptero de la empresa Lokímica que comenzó a sembrar el Bacillus thuringiensis, que ataca las larvas de manera controlada sobre zonas húmedas, alzó el vuelo a finales de ese mismo mes. El producto bacteriano utilizado era específico para la mosca negra y mosquitos, el único autorizado en aquel momento para el Parc Natural de l´Albufera, que no afecta al resto de la fauna y de la flora. Las acciones del verano y las preventivas del invierno costaron 36.000 euros a las arcas municipales. En 2015, y ante la inactividad de la Conselleria, decidieron comenzar antes y lo hicieron con los primeros cambios de temperatura en marzo.

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