Francisco López Gordó asumirá el mando de las fallas de Carcaixent como presidente de la JLF. Los representantes de las trece comisiones de la ciudad le dieron el jueves su voto, de forma unánime, para que sea el nuevo máximo representante de la organización, tras la destitución de Juan Lluesma. Tras la polémica que provocó el cese de Lluesma, la directiva actual transmite un mensaje de renovación: «Vamos a ser una nueva junta, mucho más transparente, y evitaremos que se repitan situaciones como las vividas recientemente, que merman la imagen de nuestras fallas y de toda Carcaixent».

Los presidentes de las comisiones de la localidad se dieron cita el jueves en el salón de plenos del ayuntamiento para elegir a un nuevo mandatario de la junta local. A las 20,30 horas procedieron a emitir su voto, secreto, en una urna. «Sí» o «No»; esas eran las dos opciones que tenían. En su mano estaba refrendar al único candidato presentado o, por el contrario, rechazar la candidatura si consideraban que no era la figura adecuada. El hecho de que tan sólo el nombre de Paco López estuviera sobre la mesa no implicaba, de forma directa, que fuese a ser el elegido.

Una vez los presidentes entregaron sus papeletas se procedió a la lectura de los votos. La encargada de hacer el recuento fue la concejal de Fiestas, Rosa Nicolau, que también estuvo presente durante el proceso de votación. En voz alta, Nicolau leyó los votos a favor, uno detrás de otro, hasta llegar a los trece. Todos los presidentes de las fallas apoyaron, en una primera ronda, a López. Rosa Nicolau le llamó por teléfono, al instante, para comunicarle la nueva noticia, ya que el ya presidente de la JLF se encontraba fuera en esos momentos.

Paco López es un hombre con una amplia trayectoria en el mundo fallero que le avala para ostentar este cargo, ya que formaba parte de la directiva de Lluesma, por lo que es conocedor de primera mano del funcionamiento de la junta. Además, en años anteriores fue presidente de la falla Plaça de les Dies.

Cabe recordar que López se quedó como único candidato a pesar de que tras la destitución de Juan Lluesma se barajaban dos aspirantes al puesto. Ambos presentaban un perfil que se mostraba idóneo para dicho cargo. No obstante, días antes de la elección se supo que el segundo aspirante decidía abandonar la carrera por la presidencia, por motivos que se desconocen.