Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Especie

La plaga del cangrejo rojo que perfora los arrozales también hunde las motas

Fortea alerta de que caminos de la marjal ceden al pasar máquinas debido a las galerías subterráneas

La plaga del cangrejo rojo que perfora los arrozales también hunde las motas

La plaga de cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) que campa a sus anchas por los arrozales de Sueca y Cullera provoca cada vez más daños en los campos. La población de esta especie invasora es similar a la de años anteriores. Sin embargo, la dificultad que encuentran los operarios a la hora de reparar algunos de los agujeros subterráneos que los crustáceos realizan ha provocado que muchas de las motas estén debilitadas, incluso algunas se han venido abajo cuando los agricultores han procedido a cruzar por las mismas con maquinaria agrícola, según asegura el presidente de la Comunitat de Regants de Sueca, José Pascual Fortea.

Los cangrejos agujerean los márgenes de cada parcela y provocan que se pierda el agua de los arrozales. Esta pérdida puede ocasionar daños irreparables a la cosecha si no se está atento, pues en algunas ocasiones los agricultores se han encontrado con apenas dos dedos de agua en sus cultivos. «A los productores nos cuesta tener personal contratado para que cada semana revisen los márgenes y reparen los desperfectos que ocasionan los cangrejos», indica Fortea. Esta contratación de mano de obra para colocar arena y subsanar los daños materiales supone, además, un gasto económico extra, pues se trata de regenerar unas zonas que antes de la siembra del arroz ya se reconstruyeron. De hecho, el propio sindicato de riego se encarga de arreglar cada invierno y primavera las correspondientes motas del término de Sueca. El presidente de los regantes suecanos, quien también ostenta el cargo de portavoz de la Unitat Sindical d9Usuaris del Xúquer (USUJ), comenta que estos decápodos también causan desperfectos en los sistemas de drenaje y en los pequeños caminales, algunos de los cuales se han resentido cuando han pasado por encima la maquinaria agrícola. Sin embargo, no se comen el arroz.

Fortea indica que los arrozales más afectados son los que se sitúan cerca de la Albufera. «Hay millones de cangrejos, salen por todas partes», describe. De hecho, las procesiones de esta especie se llegaron a avistar incluso por la N-332 que enlaza Sueca con Cullera, además de por numerosos caminos rurales situados en la zona de los arrozales. Por el momento la única ayuda que tiene el agricultor es la de las aves autóctonas como las garzas y las nutrias, que encuentran en los cangrejos una fuente de alimento. Pese a ello, esta ayuda es insuficiente ante la gran población de crustáceos. «Haría falta algún producto que solo afectara al cangrejo americano, porque los que tenemos ahora también perjudica a la otra fauna autóctona, por eso no se nos permite utilizarlo», argumenta Fortea.

En este aspecto, el secretario comarcal de La Unió en la Ribera Baixa, Fernando Durá, señala que «lo ideal sería que se soltaran más depredadores naturales, aunque parece ser que a las aves les gusta más el arroz que los cangrejos», bromea. El propio labrador suecano, quien asegura tener dos de sus campos completamente agujereados, indica que cuando avistan algunos ejemplares se capturan para evitar que produzcan más daños, pero que «son tantos que la mayoría de veces es tarea imposible». En este aspecto, Durá comenta que cuando se realizan los «eixugons», una práctica agrícola que consiste en vaciar los campos y que se realiza a finales de mayo y a mediados de julio, la imagen es sencillamente espectacular, pues se puede observar el gran número de cangrejos americanos que hay en cada arrozal y que salen en busca de agua, procediendo a realizar nuevas perforaciones en el suelo y en las paredes de los terrenos.

La sequía agrava los problemas

Los arroceros de Sueca y Cullera cuentan con restricciones en cuanto al volumen de agua que toman del Xúquer, por lo que los contratiempos que ocasionan los crustáceos son un inconveniente más a la hora de gestionar los recursos hídricos. Pese a ello, Fortea asegura que el suministro no peligra. «Vamos jugando con las infraestructuras para recuperar el agua que se pierde, pues normalmente va a parar a otros arrozales o a las regatas».

El cangrejo rojo americano desembarcó por primera vez en España en los años 80 procedente del golfo de México. Se trata de una especie invasora nativa del sureste de EE UU que suele vivir en los ríos.

Compartir el artículo

stats