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La sequía fuerza a aplicar restricciones del 50 % en el agua de riego en Llombai

Los agricultores recurren por tercer año consecutivo a caudales del Canal Júcar-Turia ante las mínimas aportaciones del Magro y su falta de calidad

La sequía fuerza a aplicar restricciones del 50 % en el agua de riego en Llombai

«La situación es muy delicada, si no crítica». Las palabras del presidente de la Séquia Aledua-Mare de Llombai, Vicent Adam, resumen la preocupación de los agricultores del Marquesat ante un nuevo verano marcado por la sequía. Las escasas reservas y la ausencia de precipitaciones han obligado a restringir prácticamente un 50 % el agua de riego a pesar de que desde finales de julio se están elevando caudales desde el Canal Júcar-Turia, una medida extraordinaria a la que se recurre por tercer año consecutivo para que los agricultores puedan salvar sus cosechas.

Se da la circunstancia, además, que por primera vez en tres años de dificultades por la sequía, los agricultores de Llombai, donde predomina el goteo, han dejado de regar durante dos días consecutivos. Sucedió el pasado fin de semana. «Del agua que sueltan del pantano de Forata no llega al Marquesat el caudal suficiente y se complementa con la elevación de agua desde el Canal Júcar-Turia. La semana pasada llovió y Forata estimó que íbamos a tener bastante agua, pero no fue suficiente», relató Adam.

«Una hora al día o dos»

El presidente de la comunidad de regantes de Llombai detalló que si en condiciones normales los cultivos que tienen instalado el goteo riegan «de dos a tres horas», actualmente se está facilitando agua «una hora al día o dos». «Aquí que está controlado, las restricciones son de prácticamente el 50 %», incidió Vicent Adam. «Si hay menos agua se reducen las horas de riego», apostilló.

Cabe recordar que los regantes de Llombai han solicitado el cambio de concesión para abastecerse del Canal Júcar-Turia en lugar del embalse de Forata y el río Magro al considerar que la situación de esta cuenca es ya un problema «estructural». Los agricultores alegan que la toma de agua del canal está ya construida y que, por otra parte, el cambio de concesión, una posibilidad que contempla el nuevo Plan Hidrológico de la Demarcación del Júcar, liberaría caudales para el resto de municipios que riegan del Magro. Adam comentó que ha mantenido una reunión con el Comisario de Aguas tras formalizar la solicitud la pasada primavera y está a la espera de una respuesta de la Confederación Hidrográfica del Júcar.

A la escasez de caudales del Magro -como ya informó Levante-EMV la CHJ ha activado los pozos de sequía ubicados a la cola de Forata, que se encuentra bajo mínimos- se añade el problema de la mala calidad del agua que llega a los cultivos del Marquesat. Vicent Adam advirtió de que a esta subcomarca apenas llega un 50 % del agua que sale de Forata para los regadíos.

Los regantes de Llombai disponen de una balsa de acumulación de agua con capacidad para 20.000 metros cúbicos que en los últimos días se ha recuperado ligeramente aunque, según recordó Adam, cuando el nivel está muy bajo ya no se puede utilizar el agua que queda. «La situación es muy delicada, tirando a crítica porque, además, la calidad del agua que llega del río es muy mala», incidió.

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