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Medida

El Consell prorroga la caza de urracas en Turís para evitar que se conviertan en plaga

Medio Ambiente amplía el plazo y autoriza nuevas licencias para abatir un ave carroñera que provoca daños en el campo y a la fauna autóctona

El Consell prorroga la caza de urracas en Turís para evitar que se conviertan en plaga

La Conselleria de Medio Ambiente ha concedido a la Sociedad Cinegética de Turís una prórroga de cuatro meses y medio y la autorización de otras cinco licencias de caza para que los cazadores intensifiquen la campaña para abatir urracas (Pica pica). La Administración autonómica amplía hasta el 31 de septiembre el permiso para cazar estas aves carroñeras, cuya población se ha disparado en la zona y causa daños a la agricultura y a la fauna autóctona.

Con esta ampliación, los cazadores del club de Turís tendrán más tiempo para practicar la caza de un ejemplar que está causando verdaderos estragos tanto a las aves autóctonas -se come a los pequeños pájaros y sus huevos, así como a conejos recién nacidos- como a la agricultura, pues provoca serios destrozos, sobre todo, en los árboles frutales al comerse tanto el fruto como la flor del árbol. De este modo, los cazadores de Turís podrán cazar hasta el próximo 31 de septiembre en lugar de ceñirse al permiso de tres meses que conselleria concede, que expiró en mayo. Además, serán 25 los socios que podrán participar en estas campañas de abatida, pues la conselleria ha concedido esta vez cinco licencias más al club.

Según explican desde la sociedad de cazadores, es bastante difícil abatir urracas con disparos porque se trata de una de las aves más inteligentes, audaces y desconfiadas que existen y «es casi imposible acercarse a ella». Por ello, además de la caza con escopeta también se atrapan con reclamos. «Se colocan urracas enjauladas para que atraigan a otros ejemplares con sus graznidos y, de esta forma, son más fáciles de abatir», explican.

Otro sistema que tiene resultados excelentes es el de utilizar jaulas trampa, donde se pone un reclamo vivo que las atrae hasta caer en la trampilla. Sin embargo, el «Pica pica» es un ave muy territorial, por lo que para los reclamos no se pueden utilizar ejemplares de la zona, pues estos identifican a las urracas que hay en su territorio. La solución pasa por intercambiar los córvidos por ejemplares que poseen otras sociedades. Es entonces cuando, en su afán por marcar territorio, se acercan y caen en la trampa. En el caso de Turís, las aves que se utilizan como reclamo proceden de Llíria y Riba-roja del Túria.

En Turís se están intensificando las labores para intentar reducir la población de este córvido. Pese a ello, los trabajos «no son efectivos si no se autoriza también a otras sociedades de pueblos lindantes». Los cazadores de Turís consiguen mantener más o menos la actual población, pero no reducirla al tratarse de unos animales que se pueden reproducir hasta tres veces al año. Las urracas tampoco cuentan con un depredador natural, por lo que reducir su población es complicado.

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