El caqui sigue en expansión y no sólo en el marco geográfico de la Ribera. La producción de esta fruta crecerá en la nueva campaña alrededor de un 25 % para aproximarse a las 360.000 toneladas en el conjunto de España, según los datos expuestos ayer por el presidente de la Asociación Española del Caqui, José Vicente Masiá, en la asamblea previa al inicio de la campaña celebrada en Alginet. Masiá, no obstante, alertó de que hay mucha fruta con un calibre muy pequeño que no tendrá salida en el mercado y que, pese a este incremento de la producción, los kilos comercializables serán prácticamente los mismos que la campaña anterior.
El presidente de esta asociación que agrupa ya a 42 comercios, mayoritariamente radicados en la Comunitat Valenciana, aprovechó su intervención para reclamar el apoyo de la Administración para poder entrar en el mercado de China, para lo se requiere firmar unos protocolos que sí se han conseguido rubricar para la fruta de hueso, y también para combatir las plagas que en la pasada campaña se detectaron por primera vez en el caqui y que representan una amenaza.
Fruta asegurada
Vicente Masiá estimó entre 350.000 y 360.000 toneladas la producción de la nueva campaña que, según dijo, viene atrasada una semana debido a la falta de lluvias, un factor que también está en el origen de la falta de calibre de una parte de la cosecha. La asociación nacional de exportadores realiza este cálculo en base a la cantidad de fruta asegurada por los agricultores -amplía ligeramente este volumen al considerar que es una práctica habitual que se asegure un 15 o 20 % menos de la cosecha real- y añade también la producción de zonas en las que al no existir riesgo de helada por su climatología no se aseguran las cosechas. Masiá, por su parte, cifró entre 280.000 y 290.000 toneladas la producción de caqui en España en la última campaña, por lo que el incremento estimado está en torno al 25 % o incluso superior.
No obstante, el exportador de Alginet incidió en que hay «mucha cantidad de fruta de bajo calibre», por lo que advirtió de una merma importante en la producción comercializable que puede quedar a un nivel «similar» al de la campaña anterior». «Si el año pasado se pudo comercializar un 75 u 80 % de la fruta, este año, posiblemente, será un 60 %», comentó Masiá, que junto al problema de la sequía también apuntó a algunas prácticas de cultivo como origen de que la fruta no se haya desarrollado lo suficiente. En concreto, indicó que debido a las circunstancias meteorológicas los árboles han cargado más fruta y los agricultores debían haber realizado la denominada «aclarida» con anterioridad y no en estos momentos. Masiá apuntó que este problema no es exclusivo del caqui: «En los cítricos pasa algo similar, hay variedades que tienen poco calibre y eso siempre es un handicap porque el mercado quiere unos calibres determinados», incidió.
