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El gremio de panaderos de Sueca desaparece ante la feroz competencia

Los horneros acuerdan la disolución por motivos tanto económicos como burocráticos - El número de establecimientos afiliados ha caído en picado en los últimos años y en la actualidad apenas rondaba la decena

El gremio de panaderos de Sueca desaparece ante la feroz competencia

El gremio comarcal de panaderos de Sueca ha pasado a la historia. Los integrantes de la asociación decidieron liquidarla en su última reunión. Entre los motivos para echar el cierre figuran la progresiva reducción del número de socios y una serie de inconvenientes tanto económicos como burocráticos que provocaban «duplicidades». No obstante, los afiliados formaban parte, a su vez, de la Federación Gremial y Empresarial de Panadería y Pastelería de la provincia de Valencia (Fegreppa) y ese vínculo profesional se mantendrá.

Con décadas de antigüedad, el gremio suecano acogía a los panaderos de Sueca, el Perelló, Fortaleny y otras entidades locales de los alrededores. Pero, antes de su disolución como estructura comarcal, apenas una decena de socios seguían apuntados. Esta merma llevó a los últimos afiliados a plantearse la posibilidad de eliminar la asociación y así lo decidieron en una última asamblea general extraordinaria. En palabras de Álvaro Santamaría, panadero y miembro del gremio: «No valía la pena que siguiéramos así».

Según Santamaría, «no tenía ningún sentido continuar sustentando el gremio como tal, porque suponía un inconveniente». El panadero, que formó parte de la comisión de liquidación por ser el socio más joven (así lo dictaban los estatutos), subraya que los principales motivos para su disolución son económicos y burocráticos: «Mantener esta estructura suponía duplicar nuestros costes, ya que pagábamos tanto a la Fegreppa como al mismo gremio y era un sinsentido, porque el uno estaba integrado en el otro y sólo por el ahorro en nuestros bolsillos valía la pena». «Además, teníamos una serie de requisitos que cumplir», prosigue Santamaría, «la ley nos obligaba a hacer una serie de trámites burocráticos como registros de socios y similares, o tener en funcionamiento una web, actualizarla de manera regular, y nadie estaba por la labor de asumir dicha tarea», reconoce. De este modo, tanto el aparato jurídico como el económico del gremio (y sus correspondientes funciones para los socios ribereños) quedan ahora en manos de la federación provincial.

Situación delicada

Éste no es el único caso acontecido en la provincia de Valencia, según Santamaría. «Cada vez más gremios pequeños deciden diluirse, se opta más por centralizarlo todo y así no se duplican estructuras, en realidad es como una reestructuración», matiza. No hace tanto el gremio de panaderos gozaba de buena salud: «Hace algunos años nuestro gremio era de lo más potente que había, con entre 40 o 50 establecimientos asociados; pero este tipo de asociaciones ya no son lo que eran y no cumplen las funciones para las que se crearon».

Pero lo cierto es que los panaderos han vivido, en los últimos años, una situación delicada: «Nuestra actividad ha bajado en los últimos años, establecimientos y supermercados han aprovechado la crisis y la situación económica para encontrar su nicho de mercado; pero no nos importa, los que ofrecemos productos de calidad seguiremos aquí», sentencia.

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