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Un joven con síndrome de Down culminará por primera vez una Muixeranga

Eros Recio espera que más discapacitados se sumen tras él a participar en una de las fiestas más representativas de los valencianos

Un joven con síndrome de Down culminará por primera vez una Muixeranga

La Muixeranga de Algemesí sigue llenando páginas de la historia. Durante siglos estas fiestas han sido uno de los rasgos más distintivos de la localidad y su relevancia quedó patente al ser declaradas, hace casi cinco años, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Pero eso no es suficiente para una festividad que ha demostrado su capacidad para romper barreras. Este año, Eros Recio, un joven con síndrome de Down, culminará una de las torres humanas por primera vez en la historia.

Donde muchas personas discapacitadas ven un impedimento o unas limitaciones, Eros ve una oportunidad de superarse. Uno de sus sueños está a punto de cumplirse: subir a lo alto de una Muixeranga. El joven, de 22 años, escribe una nueva página en la historia de la festividad de Algemesí, ya que nunca una persona discapacitada había formado parte de manera tan activa en la construcción de las torres humanas.

Eros se declara una persona «muy dinámica». A sus estudios de FP, hay que sumarle la danza y el waterpolo. Y ahora, la Muixeranga. Como vecino de Algemesí, ha vivido muchos años la fiesta, pero él quería romper moldes y subir a lo más alto. Le trasladó a su padre esta inquietud y, rápidamente, se integró como uno más entre el resto de «castellers». Sus compañeros no tardaron en comprobar que su espíritu de superación era más que suficiente para formar parte de los muixeranguers y lo recibieron con los brazos abiertos.

Eros no les defraudó. Para él, no deja de ser un simbolismo ya que «las fiestas de Algemesí transmiten un mensaje postivo y solidario, de construcción». Da igual que sean edificaciones formadas por personas o nuevas oportunidades. Porque, ante todo, entre sus intenciones está que más gente siga sus pasos, ser un ejemplo para aquellos que quieren formar parte de la fiesta pero no se atreven. Eros no tiene miedo a subir a lo más alto. De hecho, la historia ha demostrado a lo largo de los años que la Muixeranga, aunque un tanto arriesgada, no es peligrosa.

Algemesí va a ser testigo de un ejercicio de superación. Tener una discapacidad no supone un impedimento para ponerse metas y lograrlas. En eso Eros está dando una lección. Ser patrimonio de la humanidad implica, por ende, ser una fiesta más humana y la Muixeranga lo es.

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