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Campo valenciano

Arranca la siega del arroz con temor por la falta de oxigenación del agua

Los sindicatos estiman que la cosecha se reducirá en un 10 % respecto a 2015 y aseguran que algunos arrozales se perderán por completo

Arranca la siega del arroz con temor por la falta de oxigenación del agua

La siega del arroz ya ha empezado para los arrozales que cultivan las variedades más tempranas como el bomba y el sirio. El suministro de agua para riego se cortó el pasado viernes y la maquinaria agrícola empezó a trabajar a destajo en algunos campos, aunque no será hasta el próximo lunes cuando arranque verdaderamente el espectáculo de la recolecta de las variedades tradicionales. Los productores, sin embargo, se mantienen a la expectativa para comprobar como avanza una campaña de la que no se tienen muchas esperanzas, pues se estima que la producción de arroz caerá en un 10 % y que el cultivo en algunos campos se perderá por completo.

La causa de esta negatividad en el sector, como ya informó en su día Levante-EMV, proviene de la proliferación de hongos y enfermedades a consecuencia de la concentración de materia orgánica que se genera al recurrir a la técnica del fangueo, que consiste en deshacerse de la paja y los restos, incorporándolos en el suelo. Esta alternativa a la quema de paja, la cual este año sí que será permitida después se siete años de prohibición, ha ocasionado que algunos terrenos alcancen un nivel de materia orgánica superior al 8 % cuando lo normal se sitúa en un 2 %, lo que asfixia las raices de los arrozales, debilita el cultivo y favorece la aparición de hongos. Además, el nitrógeno que se produce agota el oxígeno del agua. «Algunas raices están totalmente negras, están podridas y el cultivo no es apto para el consumo», explican desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja). Esto repercutirá negativamente en la producción final de arroz, pues el sindicato considera que «se reducirá la cosecha en un 10 % respecto a 2015», un año en el que el cultivo ya se vio mermado por las altas temperaturas registradas en verano. La Unió de Llauradors i Ramaders, por su parte, asegura que «algunos campos se han perdido por completo» y subraya la preocupación de los agricultores ante un problema que se ha agravado desde la prohibición de quemar la paja tras la campaña de recolecta, por lo que espera que la calcinación de los rastrojos de este año sirva como un respiro para que los terrenos recuperen un porcentage más razonable de materia orgánica. Sea como sea, el sector deberá de buscar alternativas de cara al futuro para sustituir un método del fangueo que se vuelve contraproducente para el agricultor y que es la principal causa de la aparición de plagas. De hecho, curiosamente los ataques de las plagas disminuyen en zonas donde Conselleria ya autorizó la quema de los rastrojos. Algunas que provocan verdaderos estragos a los arrozales son la pyricularia o la leersia oryzoides, una de las que más cuesta erradicar. Respecto a la pyricularia, se trata de un hongo que tiene una gran afección en los arrozales. En este caso, existe un producto fitosanitario, el triciclazol, que ayuda a combatirlo, una sustancia a priori prohibida que se autoriza en momentos puntuales para combatir las plagas.

Turno para el arroz tradicional

Tras el inicio de la siega del arroz bomba y sirio, el lunes se empezará a recolectar las variedades más tradicionales. De hecho, primero se trabajará con el fonsa y el piñana, después el gleva y más adelante el j.sendra. Las últimas lluvias caídas a principio de semana no han afectado al arroz y solo el viento ha tumbado algún campo de bomba, por lo que la campaña sigue a buen ritmo y finalizará -si todo sale según lo previsto- a principios de octubre.

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