El proceso es lento, porque son muchos los chicles pegados en el suelo, pero la máquina que los elimina con un producto derivado de la remolacha trabaja rápido. A razón de un chicle cada treinta segundos. Es el tiempo aproximado que necesita esta solución para deshacer la goma de mascar convertida en una mancha oscura sobre el pavimento. Un posterior cepillado no deja ni rastro. Las pruebas que está realizando el ayuntamiento con una máquina alquilada llegaron ayer a la plaza Mayor.
El concejal de Servicios Públicos, Fernando Pascual, se mostró satisfecho con los resultados pero advirtió de que, antes de tomar una decisión, tiene previsto recabar información del Ayuntamiento de Málaga, según dijo, el primero de España que compró tres equipos de estas características tras su presentación en la feria de Berlín el año pasado.
El edil alcireño también dejó claro que, en el supuesto de que finalmente se considere interesante la adquisión de esta máquina, no tendría ningún coste para el ayuntamiento ya que, según dijo, se contemplaría entre mejoras que la empresa concesionaria debe ofrecer al ayuntamiento según en base a la prórroga concedida en abril.
Como ayer informó Levante-EMV, la empresa concesionaria de la limpieza viaria está probando desde el lunes una máquina que mediante mediante la combinación de un producto derivado de la remolacha y agua caliente permite descomponer los chicles que hay pegados en el suelo y que, en palabras del edil de Servicios Públicos, ofrecen una mala imagen de la ciudad. El ayuntamiento ha aprovechado el alquiler de este equipo para realizar pruebas y limpiar algunas de las zonas más transitadas de la ciudad como las aceras del centro de salud o la plaza Mayor.
