Los padres y madres de los centros educativos Lluís Vives de Cullera y Pepita Greus de Alginet demostraron tener poco miedo al cambio. Votaron masivamente a favor del establecimiento de la jornada continua, por lo que sus hijas e hijos empezarán a partir del 1 de octubre una jornada que podrá acabar a las dos de la tarde o prolongarse hasta las cinco con actividades gratuitas organizadas por el centro. Ocho de cada diez votantes secundó la propuesta en Alginet, por casi siete de cada diez en Cullera, situándose desde ya como pruebas piloto que serán seguidas con lupa por decenas de centros ribereños, que estudiarán establecer dicho horario en los próximos cursos. Y es que, según los expertos, los beneficios son múltiples. El director del Pepita Greus de Alginet, Bernat Pascual, aboga por combatir las mentiras que, dice, se han expandido sobre la jornada continua. «Los maestros no trabajan más horas, es mentira. Los escolares pueden estar en el centro hasta las cinco de la tarde con actividades gratuitas y por lo tanto los padres y madres no necesitan más atención sobre ellos. Sólo se come media hora más tarde. En septiembre y junio toda la vida ha habido jornada continua y nadie ha dicho nada. Está comprobado que los niños rinden más».
Pascual aduce que el horario que concentra las horas de estudio para después contar con más tiempo para el ocio debe extenderse al resto de la vida laboral, con lo que se conciliaría mejor. «Es una aberración que muchos sigan trabajando de 8 a 20 horas. Hay que racionalizar y la mejor manera es extendiendo la jornada continua. Lo que estamos haciendo en el Pepita Greus es pionero en el territorio valenciano pero no en el resto del Estado español, en el que ya se instaló hace años y no han vuelto atrás. Por algo será». Al parecer, los otros dos centros públicos de Alginet tienen previsto crear una comisión para instalar la jornada continua el próximo curso.
El CEIP Lluís Vives de Cullera se ha convertido en el primer centro de la ciudad y de la Ribera Baixa en implantar la jornada escolar intensiva después de que así lo acordaran los padres en las elecciones. En total eran 450 los censados que tenían derecho a voto, considerando que cada unidad familiar tiene dos votos, aunque fuese monoparental, aunque en este último caso una sola persona podría concurrir con dos votos.
La jornada electoral transcurrió con total normalidad, votando presencialmente 250 personas a las que hay que sumar otras 108 que lo habían hecho por correo. En la convocatoria se dejaban los cinco días hábiles anteriores a la jornada electoral para que los padres que no pudiesen acudir a votar lo pudiesen hacer por correo.
Al final el resultado de la votación fue muy claro a favor de la implantación de la jornada escolar intensiva. 302 votos se postularon a favor del «sí», por los 46 votos en contra, con 3 votos en blanco y 7 nulos, registrándose una participación del 79'5%. El porcentaje de los votos afirmativos sobre el total de los votos posibles fue del 67'1%, una cantidad que superaba con mucho al 55'5%.
