La primera experiencia de cerrar al tráfico el centro urbano de Alzira dejó el pasado fin de semana un sabor agridulce. Ya fuera por falta de información, de costumbre o de cultura, pero hubo largas horas en que la retirada de alguna de las vallas que acotaba el recinto teóricamente peatonal dejaba el paso expedito a los vehículos y poco diferían algunas calles de cualquier otro día.
El alcalde de Alzira, Diego Gómez, admitió ayer que no se puede cerrar a cal y canto el centro ya que se tiene que permitir el acceso a los residentes o a los camiones de la basura y que lo que definió como «cierre frágil», que se volverá a repetir este fin de semana, puede resultar por momentos poco efectivo. Gómez comentó que la experiencia había comenzado bien el viernes por la tarde, con los agentes de la Policía Local informando en algunos puntos estratégicos -la tromba de agua a última hora de la tarde provocó que se abrieran algunas calles- y que el momento más conflictivo se había vivido el sábado a mediodía por el comportamiento incívico de algunas personas que, siendo o no residentes, no dudaron en cruzar con sus vehículos la zona peatonal.
El concejal de Servicios Públicos, Fernando Pascual, también hizo autocrítica y de cara al próximo fin de semana señaló que se tiene que mejorar la información al público. «No hemos estado hábiles», admitió, mientras anunciaba que el transporte público también será gratuito desde las 18 horas del viernes hasta el domingo.
«Queremos que la gente ocupe la calle, que valore la posibilidad de bajar de la acera», incidió Diego Gómez, mientras señalaba que los ciudadanos «tienen que tener en cuenta que si no probamos a hacer cosas no sabremos los resultados».
El gobierno municipal defendió su apuesta por ganar terreno para los peatones y el alcalde anunció que «de aqui a Navidad vamos a seguir probando».
El próximo fin de semana, coincidiendo con la celebración de la Feria Comercial «Alzira Oberta» y de las fiestas de moros y cristianos, se volverá a cerrar la avenida Santos Patronos, la plaza Mayor y las calles Pérez Galdós, el primer tramo de Reyes Católicos y Hort dels Frares, a las que se añadirán también la plaza del Reino y la avenida Luis Suñer. «Supone un reto», comentó el alcalde, mientras aludía a que el área delimitada es incluso mayor.
Por su parte, el cierre del centro desde las 18 horas del viernes a las 22 horas del domingo, obligará también a modificar los itinerarios de las líneas de autobús urbano, que será gratuito durante el fin de semana para, según el alcalde, facilitar a las personas que puedan acudir al centro a pie. Gómez mostró su esperanza de que este fin de semana todo funcione mejor.
