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Incendio

Las lluvias arrastran la tierra de la zona quemada de Carcaixent

La fuerza del agua erosiona la superficie de los terrenos de mayor pendiente ante la ausencia de vegetación que apuntale el suelo - Los expertos restan importancia. de momento, a los desprendimientos

Las lluvias arrastran la tierra de la zona quemada de Carcaixent

Las lluvias otoñales caídas durante la última semana han provocado el arrastre de tierras y de rastrojos de algunas zonas que se calcinaron en el incendio que quemó 2.2000 hectáreas de los términos forestales de Carcaixent y la Barraca de Aigües Vives. Algunos desprendimientos han llegado a ocupar sendas y caminos rurales, aunque no han llegado hasta las urbanizaciones. Pese a ello, los expertos consideran que se trata de unos movimientos de tierra habituales y puntuales que tienen lugar después de producirse algún incendio y no los consideran excesivamente peligrosos.

El arrastre se produce porque el suelo pierde la cobertura vegetal tras la calcinación de las plantas y los árboles. La fuerza del agua se lleva por delante los rastrojos calcinados junto con la propia tierra, sobre todo en zonas con más pendiente, por lo que toda la materia remolcada termina invadiendo caminales o incluso algunos campos de labranza. En este aspecto, las zonas más afectadas se concentran cerca del término municipal de la Barraca, mientras que en el Realenc los terrenos apenas han sido afectados al tratarse de una zona más plana en la que no hay tanta pendiente. «Habrá que tener en cuenta las zonas donde se han concentrado los arrastres para actuar de cara al futuro e instalar fajinas o diques para evitar que se produzcan estos desprendimientos», asegura el ingeniero forestal, Ferran Dalmau. De hecho, Dalmau considera que una buena opción sería la utilización de los troncos de los árboles que resultaron calcinados por el fuego para construir este tipo de barreras que evite el desprendimiento del suelo. El alcalde de Carcaixent, Paco Salom, por su parte, ya incidió en su momento la necesidad de «actuar» para evitar los efectos de las lluvias de otoño que, como ya auguró, provocarían este tipo de desprendimientos que, a pesar de que no se consideran importantes, podrían repetirse si Carcaixent vuelve a registrar índices de lluvia como los de esta semana, donde ha llovido un buen porcentage de la lluvia registrada durante todo el año.

Recuperación paulatina

Precisamente, la necesidad de planificar actuaciones para reforestar la zona fue uno de los puntos que se trataron en la mesa de concertación que tuvo lugar ayer en el municipio ribereño y en el que participaron representanes del ayuntamiento local y del de la Barraca, del Consorci de Bombers, de Diputación de Valencia, técnicos municipales y diferentes colectivos, entre otros, y que estuvo presidida por la Directora General de Prevención de Incendios Forestales, Delia Álvarez. En la reunión, los técnicos forestales valoraron muy positivamente el buen ritmo de recuperación vegetal que sigue el monte, donde ya se pueden apreciar zonas en las que el verde sale al paso por encima de la zona calcinada. «Ahora es el momento oportuno para empezar el trabajo de prevención de un futuro incendio. Hay que crear un plan de regeneración que ayude a prevenir el fuego y actuar solo donde hace falta, dejando que la naturaleza haga su trabajo en todos los otros puntos calcinados», indica Dalmau. En este aspecto, el primer edil carcagentino incidió también en la necesidad de limpiar la zona afectada y reestructurar los accesos o caminos que quedaron dañados por el incendio. «Si no actuamos ahora, en 4 o 5 años tendremos un grave problema y en 10 o 12 años volveremos a tener las condiciones idóneas para que se produzca un nuevo incendio de esta envergadura», comenta Salom.

Otros de los puntos que se trató en la mesa fue la necesidad de involucrar a los propietarios de terrenos en el término forestal en las labores de prevención de incendios. La mayoría del monte de Carcaixent es de titularidad privada, lo que dificulta la acción a las administraciones a la hora de mantener limpias las zonas, por lo que la implicación de los dueños es esencial para que el futuro plan sea efectivo y se consigan mantener las zonas limpias.

Un año para planificar

Pese a que el ritmo de regeneración del monte de Carcaixent es bastante notable, en este primer año el monte apenas notará cambios significativos. «Es un año de mucha espera, de realizar planes de recuperación y de prevención, pero no de plantearse la repoblación inmediata», argumenta Salom. El acalde de Carcaixent estima que «en primavera la naturaleza debe de haber hecho ya los deberes y la imagen debe de ser muy diferente a la de ahora».

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