Una pintada con signos fascistas ensució ayer el polémico mural diseñado por Toni Espinar frente a la iglesia Santa Catalina de Alzira, en el casco histórico de la Vila. La obra de arte, que levantó una gran polémica en verano y una importante confrontación política, amaneció ensuciada con una esvástica nazi y otro símbolo que representa el punto de mira de un arma colocado justo en el pubis de la mujer, un espacio que fue aprovechado por el artista para pintar ahí el escudo de la ciudad.

El autor del mural pintado en una esquina de la calle Salvador Enguix tildó en su momento de «retrógradas» las quejas generadas por haber colocado el escudo de la ciudad en el pubis de una mujer desnuda y criticó el revuelo montado por un diseño que, en su opinión, pretendía hacer reflexionar. La polémica de esta obra de arte la aventó el Partido Popular de Alzira, para el que la pintura ofendía «los sentimientos de una parte importante de la ciudadanía» —según expresó la agrupación local en su momento— y no era respetuosa con las normas de protección del barrio histórico de la Vila.

Después de varios meses de normalidad, el PP levantó de nuevo la voz hace unos días contra la «pasividad» del equipo de gobierno para juzgar la idoneidad del mural en dicha zona protegida de la ciudad. Ayer apareció la pintada nazi sobre el mural y el PP tardó pocas horas en desmarcarse del acto vandálico cargado de tintes políticos. «Con independencia de las discrepancias mencionadas respecto al mural en cuestión, el Grupo Municipal del PP de Alzira quiere manifestar su más enérgica repulsa a estos actos y comportamientos intolerantes, más propios de sociedades y regímenes dictatoriales y fundamentalistas que de una sociedad como la alcireña, donde siempre prima el respeto a la libertad de expresión y donde existen cauces legales para defender y hacer valer la legitima discrepancia sin recurrir a descalificaciones, vandalismos o cualquier tipo de violencia física, verbal o intelectual», sostiene el PP.

Esquerra Unida de Alzira, por su parte, criticó la impunidad con la que actúan constantemente grupos parafascistas en el territorio valenciano. «Estas pintadas no son un acto aislado sino una circunstancia que padecemos en EU y otras instituciones de vez en cuando. Pedimos a las instituciones tolerancia cero hacia los movimientos fascistas del País Valencià, que es uno de los territorios donde más ataques se producen de todo el Estado». «Yo no pinto para decorar, pinto con una intención: para hacer reflexionar a la gente». dijo Toni Espinar cuando saltó la polémica.