«No es no». Los socialistas de la Ribera han expresado su malestar por la maniobra de los barones del partido -y entre ellos el secretario general del PSPV, Ximo Puig- que el sábado provocó la dimisión de Pedro Sánchez y han mostrado su rechazo frontal a que el voto del grupo parlamentario socialista pueda propiciar un nuevo gobierno del Partido Popular. Así se han pronunciado las dos ejecutivas comarcales al valorar los acontencimientos vividos en la última semana que han acabado con una gestora al frente del partido en un momento clave, tras consensuar un acuerdo «de mínimos», en palabras del secretario de organización del PSPV de la Ribera Baixa y alcalde de Almussafes, Toni González, ya que la indignación que ha generado en las bases lo sucedido ha provocado posicionamientos incluso más duros en algunas agrupaciones. Cabe señalar como ejemplo que varios miembros de la ejecutiva del PSPV de l'Alcúdia -la agrupación del subsecretario autonómico de Infraestructuras, Francesc Signes- se pronunciaron a favor de solicitar la dimisión de Puig como secretario general, aunque la propuesta no prosperó. La asamblea dará continuidad al debate.
La ejecutiva del PSOE de la Ribera Alta acordó el martes en una reunión celebrada en Algemesí reclamar a la dirección del PSPV que convoque un comité nacional para que Puig explique los motivos de su dimisión como miembro del comité federal y, al mismo tiempo, reiteró su negativa a que una abstención del PSOE puedan propiciar la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. La dirección comarcal reclama que los diputados socialistas voten no a la investidura de Rajoy «y del PP».
«No podemos consentir que Císcar se decante por la abstención en el grupo parlamentario cuando los socialistas de la Ribera estamos diciendo que 'no es no', que no podemos apoyar ni por activa ni por pasiva un gobierno del PP, no podemos propiciar que continúe un gobierno que ha encabezado la corrupción», señaló ayer el secretario de organización en la Ribera Alta, Fernando Pascual, mientras que, en clave interna, comentaba: «Queremos saber qué ha pasado, por qué se ha hecho y, sobre todo, cual es la hoja de ruta para que, pueblo a pueblo, podamos explicar a los vecinos qué pasa». El actual director general de Administraciones Públicas, Antoni Such, presente en la ejecutiva, trató de argumentar la dimisión de Puig en base a otros antecedentes, aunque su exposición tuvo una amplia contestación.
La ejecutiva del PSPV de la Ribera Baixa, por su parte, aprobó el lunes «por unanimidad» una resolución en la que manifiesta el malestar de la militancia por como un sector del partido ha forzado la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general, incide en reivindicar un voto en contra a la investidura de Rajoy -«no es no y no hay ninguna otra postura asumible», subrayó Toni González- y, por otra parte, y ante la perspectiva de que esta coyuntura derive en la celebración de unas nuevas elecciones generales en diciembre, reclama la convocatoria de un congreso federal para elegir al candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno.
Muchas agrupaciones se han reunido en los últimos días para analizar la crisis abierta en el partido y pronunciarse sobre la misma -la de Sueca ya se posicionó abiertamente el viernes, antes incluso de la dimisión de Sánchez- y el resto lo hará en los próximos días.
«La gente siente impotencia y un poco de vergüenza, lamentamos el espectáculo que estamos dando a la ciudadanía», comentó el secretario de organización del PSPV en la Ribera Alta y vicesecretario provincial, que no dudó en pedir perdón por esta imagen.
