La coalición Compromís ha presentado en las Corts una proposición no de ley para que se elabore un plan de gestión del agua desde el río Albaida en el término municipal de Manuel y hasta la desembocadura del río Xúquer que tenga como finalidad la solución de problemas como la desecación de algunas zonas del afluente, la mortalidad de peces o la creciente expansión de plantas exóticas invasoras. Los nacionalistas entienden que las medidas incluidas en el Plan Hidrológico son «manifiestamente insuficientes» e instan al Consell para que se tomen la mesuras oportunas para erradicar estos problemas.
La propuesta presentada incluye tres puntos determinantes. En primer lugar, solicitar al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que elabore, en colaboración con la Conselleria de Medio Ambiente, los ayuntamientos afectados y las partes interesadas, un plan de gestión de los usos del agua y de restauración fluvial del río Albaida. En segundo lugar, se persigue que Medio Ambiente publique en la página web de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y en tiempo real los datos registrados por la estación de aforo llamada Manuel situada en el río Albaida, incluida en el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH). Por último, también se pedirá al Ministerio que se realicen mediciones periódicas de los caudales circulantes en el Albaida justo antes de desembocar en el Xúquer, concretamente en Algemesí, para evaluar y garantizar la continuidad longitudinal del río en este tramo, así como su publicación en tiempo real en la página web de la CHJ.
Estado crítico del afluente
Compromís ha elaborado esta propuesta ante la difícil situación en la que se encuentra el río Albaida, donde diferentes plantas invasoras, sobretodo la ludwigia grandiflora, colonizan el cauce de orilla a orilla. El propio afluente presenta episodios recurrentes de desecación que dejan poblaciones de peces autóctonos como el barbo aisladas hasta que la anoxia de las aguas estancadas dan lugar a mortandades masivas de los mismos. Estas situaciones, además de significar un deterioro persistente de los ecosistemas fluviales en la cuenca baja del río, suponen una importante pérdida de calidad de vida para las personas que viven cerca, pudiéndose generar problemas sanitarios.
