La gran cantidad de cañas acumuladas en los cauces de ríos y barrancos de la Ribera Alta no sólo pueden agravar una inundación en un episodio de fuertes precipitaciones -el otoño es una época propicia y la comarca cuenta con sobrados antecedentes- sino que también pueden contribuir a propagar un incendio. La junta de gobierno de la Mancomunitat acaba de aprobar una resolución por la que insta a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) a acometer la limpieza de todos los ríos de la comarca y de los barrancos que por su proximidad a los núcleos urbanos puedan representar un mayor peligro y, paralelamente, a acometer un plan de recuperación integral que sustituya una especie invasora como es la caña por vegetación propia de ribera. El ente comarcal también remitirá el acuerdo a la Conselleria de Medio Ambiente y a la Diputación de Valencia, según ha explicado el presidente de la Mancomunitat, Txema Peláez. «Se trata de una competencia de la CHJ, pero como también sabemos que no tiene recursos, lo dirigimos a las otras instituciones», comentó, mientras apuntaba que la corporación provincial siempre se ha mostrado dispuesta a colaborar.

Peláez reivindicó la elaboración de una estrategia territorial o plan director que ordene las actuaciones en base a las prioridades -«cada ayuntamiento conoce sus peligros potenciales», subrayó- de forma que la actuación no se limite a una limpieza puntual ya que, según alertó, «si no se actúa bien, lo que se limpia hoy en dos años vuelve a estar igual».

El debate sobre la necesidad de actuar en la limpieza de los cauces para reducir los riesgos de inundación e incendio surgió a raíz de una propuesta del Ayuntamiento de l'Alcúdia por la que reclamaba a la Confederación «la limpieza del río Magro por los riesgos que su estado puede comportar». La propuesta defendía el valor ecológico y patrimonial del río y sus riberas aunque alertaba de la necesidad de acometer una doble limpieza del cauce: «Por un lado, eliminando todo aquello que no forma parte del entorno natural y que es el resultado de la acción antrópica, a menudo poco respetuosa con el medio ambiente, y por otra parte, eliminando de forma asesorada vegetación muerta y de gran peligro de cara a posibles quemas incontroladas».

El propio presidente abogó por ampliar el foco de forma que la resolución de la Mancomunitat no aludiera sólo al cauce del Magro sino también al resto de ríos que se localizan en la comarca y que presentan una problemática muy similar -desde el Xúquer al Sellent pasando por el Albaida y el río Verde- y también los barrancos. Por su parte, el representante de Esquerra Unida en la junta de gobierno de la Mancomunitat de la Ribera Alta, el concejal alcireño Ivan Martínez, planteó que el acuerdo no se limitara a reclamar la limpieza de los ríos sino que se instara también a la CHJ a una recuperación integral de la vegetación y del paisaje del entorno.

Txema Peláez denunció ayer la situación de los ríos y la invasión de cañas en muchos tramos derivada de «muchos años de abandono» y tras subrayar que éstas pueden dificultar el paso del agua en caso de crecida o hacer de «cordones de transmisión» del fuego, especialmente en el caso de barrancos, reclamó a las administraciones una actuación «seria».