El 19 de octubre es una fecha marcada en el calendario con un claro objetivo: visibilizar la lucha que millones de mujeres en todo el mundo tienen, cada día, para hacer frente al cáncer de mama. Por eso, ayer el Hospital de la Ribera se llenó de decenas de personas, en su mayoría mujeres aunque algún hombre también se dejó ver, que querían ayudar a su manera a quienes sufren las consecuencias de los tratamientos de radioterapia y quimioterapia aplicados a las pacientes que luchan contra el cáncer. Y lo hicieron donando su propio cabello con la finalidad de confeccionar pelucas para las afectadas. Un par de profesionales cortaron el pelo, con una longitud mínima de 35 cm, a aquellas personas que quisieron contribuir con su cabello.

Una mujer se mira al espejo y es incapaz de reconocerse, no queda nada que se parezca a la persona que fue. Es una situación a la que tienen que hacer frente aquellas mujeres que sufren cáncer, algo que las machaca anímicamente. Una manera de paliar, aunque sea mínimamente, esa frustración es el uso de pelucas, de ahí que, en el Día Mundial del Cáncer de Mama, el hospital desarrollara ese proyecto solidario y lograra que decenas de personas se implicaran.

Una de las más madrugadoras fue una joven de Valencia, que se desplazó al centro hospitalario expresamente para participar en esta iniciativa, dejando patente su compromiso con la causa. De un poco más cerca llegó Marga, vecina de Almussafes, quien se desplazó hasta el hospital con un motivo de peso: «Esta enfermedad terrorífica me ha tocado bastante cerca y cuando me enteré de que cortaban el pelo para hacer pelucas me animé a ello, si podemos ayudar a las mujeres que están sufriendo con algo tan sencillo como esto, merece la pena y al final, el pelo vuelve a crecer», expresó.

Manoli, vecina de Alzira, tampoco se quiso perder la oportunidad de colaborar en la lucha contra el cáncer de esta manera tan curiosa después de ver la convocatoria en las redes sociales: «Siempre he tenido el pelo largo, me gusta así, pero cuando vi en la página de Facebook del hospital que lo cortaban y que se donaría para pelucas destinadas a mujeres con cáncer pensé que un cambio de 'look' no me vendría mal, así que he venido andando desde mi casa y al final estoy contenta por ayudar y porque no me lo han dejado tan corto como imaginaba».

Las personas interesadas en donar su cabello se agolpaban en el vestíbulo del hospital. La gente pedía su turno y aguantaba paciente a que le llegara la hora. Cuando se sentaban, los dos peluqueros les medían el pelo y procedían al corte. Luego tocaba hacerse una foto con el nuevo estilo para compartirla con todo el mundo. Algunas mujeres, incluso, llevaron su cabello ya cortado y envuelto para donarlo.

Más importante que el dinero

Las miradas de los curiosos se fijaron en un joven local y en la frondosa melena que lucía hasta que las tijeras hicieron su trabajo. Álex, enfermero del propio hospital, se sumó como el que más a la donación: «Llevaba quince años con este pelo, pero cuando trabajas en un quirófano puedes ver, casi incluso palpar, el sufrimiento de una mujer a la que le extirpas un pecho y que pierde el cabello, parece una tontería pero a ellas les aporta felicidad verse de nuevo con pelo y a ti no te cuesta nada», expresó tras su cambio de peinado.

Uno de los artífices de los cortes de cabello fue David, del centro capilar Instituto Jarque, quien se mostró satisfecho por hacerlo de forma altruista: «Cuando el hospital y la asociación Dones Afectades de Càncer de Mama d'Alzira contactaron conmigo ni lo pensé, ayudar es muy importate, necesitamos concienciar a la gente y colaborar con ellos vale más que el dinero, pueden contar conmigo en el futuro».

El pelo recogido se lo quedó Dacma, que lo enviará a la Asociación Española Contra el Cáncer para confeccionar las pelucas. La presidenta de Dacma, Mariví Ferragut, estuvo presente en la jornada, que duró casi cuatro horas, y puso voz a las mujeres que han sufrido, sufren y sufrirán esta enfermedad: «La caída del pelo supone un momento complicado para la mujer, si te miras al espejo y no te gusta lo que ves, es mucho más difícil superar este duro camino que es el cáncer; el simple hecho de contar con una peluca es un factor anímico que te devuelve a la normalidad».Incontestable.