El Ayuntamiento de Cullera prueba estos días un nuevo sistema ecológico de limpieza que elimina de forma rápida y eficaz la suciedad incrustada en el pavimento como son los chicles y los grafitis pero sin usar líquidos abrasivos. Se trata de una fórmula que emplea vapor y productos ecológicos hechos con corteza de nuez, almendra y bicarbonato para poner fin un problema que se extiende en toda la ciudad y que además constituye una alternativa al actual baldeo.

La empresa concesionaria del servicio de limpieza está testando esta nueva forma de luchar contra lo que ya se considera una «plaga». Son muchos los chicles pegados en las aceras, una situación a la cual el gobierno municipal está dispuesto a poner fin. Si finalmente los resultados son los esperados, el municipio llevará a cabo un plan intensivo de limpieza de las vías públicas por barrios. Así pues, se espera eliminar decenas de miles de chicles y acabar además con la suciedad incrustada en el pavimento y en zonas donde el sistema de riego y las máquinas actuales no llegan.

El citado sistema, que está dando resultados positivos, permite actuar sobre cualquier tipo de superficie sin dañarla. El equipamiento desintegra los chicles mediante un proceso de temperatura de alrededor de 190º C con un producto sin componentes químicos.

Además, no modifica los materiales tratados y deja las superficies con el aspecto que tenían inicialmente. Para conseguir este efecto emplea vapor y abrasivos ecológicos hechos con corteza de nuez, almendra y bicarbonato.

«Hemos detectado que los procedimientos actuales no resultan efectivos con este tipo de suciedad que es resistente y se acumula en lugares muy concretos, lo que transmite la sensación errónea de poca limpieza. Por eso queremos invertir más, puesto que también es importante no sólo que las calles se limpien sino que el ciudadano lo perciba», indica el concejal responsable Hugo Font.

La maquinaria probada limpia fachadas, pavimento y elimina pintadas vandálicas o pegatinas además de procurar la desinfección de las zonas tratadas. También sirve para limpiar los bajos de farolas o rincones donde suele acumularse suciedad propiciada por el orín de los perros.

Cullera también ha probado con platos giratorios ideados para áreas en las cuales persiste la suciedad. Estos rotores emplean un sistema de vacío con aspiración que proporciona un gran poder de limpieza desincrustante de grasas, óxidos, aceites, resinas, cal y polución ambiental.

«El ayuntamiento está trabajando para cambiar los sistemas de trabajo para introducir factores de sostenibilidad y conseguir una ciudad más verde», afirma Font.