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Los alcaldes rozan la ilegalidad para garantizar el transporte al hospital

Los ediles admiten ante la consellera que pagan taxis o habilitan microbuses Hay pueblos que tienen que llamar para que pase el autobús - Diecisiete de las 19 líneas de la Ribera están caducadas

Los alcaldes rozan la ilegalidad para garantizar el transporte al hospital

Desplazarse al hospital de referencia, ya sea el de Alzira o el de Xàtiva, es para muchos vecinos de la Ribera una auténtica aventura dado el deficiente servicio de transporte público, lo que ha obligado a los ayuntamientos a buscar alternativas para garantizar el servicio a las personas que lo necesitan, especialmente gente mayor, con fórmulas que en ocasiones rozan la ilegalidad. Así quedó de manifiesto ayer, en la asamblea convocada por la Conselleria de Obras Públicas y Vertebración del Territorio con los alcaldes de la comarca para recoger las principales necesidades y quejas de los municipios a través de una «escucha activa» de cara a la elaboración del nuevo mapa concesional de autobuses, en palabras de la propia consellera, Mª José Salvador.

Las quejas por la escasa frecuencia del servicio en la mayoría de las líneas e incluso la ausencia de un horario claro fueron generalizadas -todos coincidieron en señalar que provocan un bajo número de usuarios-, aunque la reunión permitió constatar que hay municipios como Riola por los que no pasa ninguna línea de autobús o que en algunos pueblos del Valle de Càrcer como Cotes o Gavarda hay que llamar por teléfono a la empresa concesionaria cuando un vecino tiene previsto utilizar el servicio o, de lo contrario, el autobús ni pasa. La alcaldesa de Antella alertó de que la deficiente combinación ha propiciado un mercado negro en el que vehículos particulares trasladan personas mayores cobrando una cantidad y advirtió de que su ayuntamiento no dispone de recursos para reforzar el servicio.

Sí lo ha hecho Alberic, que cuenta con una furgoneta que transporta pacientes al hospital previo informe de Servicios Sociales que justifique la escasez de recursos de los beneficiarios -el alcalde reconoció que se trata de un servicio «alegal»-o Alginet, donde dadas las carencias del servicio vespertino, el ayuntamiento ha habilitado un microbús. También l'Alcúdia destina recursos municipales para ampliar de tres a ocho las frecuencias diarias de paso del autobús a través de la empresa concesionaria, mientras que el alcalde de Alcàntera indicó que en ocasiones se utiliza el coche de la Policía Local para desplazar a pacientes al hospital de Xátiva. Carlet ofrece bonos gratuitos a las personas mayores para que puedan desplazarse al hospital de Alzira en autobús, aunque la alcaldesa admitió que el servicio «no es atractivo» ya que en caso de que una consulta se alargue a última hora de la mañana, el usuario ya no puede regresar hasta media tarde a casa. Por otra parte, el Ayuntamiento de Favara costea un taxi para el desplazamiento de pacientes al centro de salud de Sueca, ante la ausencia de alternativas de transporte público.

La consellera recordó que al tomar posesión hace poco más de un año se encontró con un 85 % de las concesiones de autobús caducadas -en el caso de la Ribera detalló que de las 19 existentes sólo hay dos en vigor-, «lo que dificulta dar una respuesta rápida» ya que, según dijo, se ha producido una situación de «alegalidad» en la que la conselleria no tiene capacidad de negociación. Salvador señaló que el Consell tuvo que decidire entre mantener las actuales líneas que, según dijo, se diseñaron hace décadas y licitar de forma rápida las concesiones, una opción que se descartó al entender que no da respuesta a las necesidades actuales, o realizar un trabajo de planificación para elaborar «el mejor mapa concesional posible» y en esta línea se está trabajando. Valoró como «comprensible» que los ayuntamientos hayan buscado diferentes soluciones para garantizar el servicio, pero el subdirector general de Transportes, José Moltó, advirtió a los alcaldes de que estas «soluciones parciales» han acabado perjudicando a las líneas regulares y en el futuro «tendrán que desaparecer». El director general, Carlos Domingo, señaló que la situación actual es consecuencia del «abandono» durante años y señaló que, frente al modelo a cuenta y riesgo del concesionario que se siguió en su momento, que ha provocado que algunas líneas reduzcan o abandonen servicios, se debe optar por otro que atienda las necesidades reales, aunque «eso cuesta dinero», dijo.

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