Respeto, tradición y educación. Estas fueron tres de la palabras más escuchadas ayer en los corrillos creados en Cullera a propósito de la voluntad del consistorio de Jordi Mayor de priorizar que los habitantes de la localidad puedan «tomar la fresca» a la puerta de casa. El ayuntamiento modificado la ordenanza de movilidad para conceder prioridad, frente a los peatones, a quienes disfrutan de la «tradición histórica» de tomar la fresca sentados en las aceras con sillas siempre que no corran riesgos al bajar a la calzada.

Esta normativa se añade a la citada ordenanza a propuesta de la Policía Local, que observó algunos conflictos el pasado verano entre viandantes y vecinos que se encontraban sentados en las aceras, a la puerta de sus casas, especialmente en los barrios más antiguos. La trama urbana de estos barrios, de origen árabe en algunos casos, no permite aceras demasiado anchas, aunque tampoco existe una intensidad de tráfico elevada. Sin embargo, ante la aparición de algunos conflictos de intereses entre quienes paseaban por las aceras y quienes se encontraban sentados, la Policía Local presentó una alegación a la citada ordenanza, que se aprobó el pasado mes de julio y que fue reformada para incluir esta nueva norma en el pleno del pasado martes.

La medida aprobada por el ayuntamiento creó un fuerte revuelo ayer en el municipio, sobre todo para apoyar la iniciativa. Muchos de los vecinos con los que pudo contactar este periódico opinan que, siempre que garantice el respeto, la medida es positiva, ya que es una tradición histórica que, según ellos, debe preservarse. La ciudadanía cree que en las últimas décadas, sobre todo con la propagación salvaje de los vehículos motorizados, las personas han perdido cierto poder sobre las calles y los espacios públicos, por lo que la mayoría defiende que deben existir nuevas ordenanzas municipales que permitan que las personas puedan disfrutar de nuevo de las calles. Salir con la silla a la calle se convirtió en una tradición durante décadas. Con la llegada de la televisión, cierto es, se introdujo un nuevo elemento y así como antes las sillas se organizaban en círculo para priorizar la conversación, la televisión acabó después convirtiéndose en el centro de la vida social.

El acuerdo para preservar las conversaciones vecinales en la calle contó con los votos favorables del PSPV y Compromís, partidos que integran el gobierno local, y la abstención del resto de partidos. La ordenanza de tráfico y movilidad de Cullera contempla ahora dos nuevos artículos dentro del apartado relativo a los peatones. El primero de ellos establece la obligación de los peatones de circular por las aceras «gozando siempre de prioridad los minusválidos que se desplacen en sillas de ruedas o personas con movilidad reducida o dificultosa». Además, se establece que los ciudadanos, en virtud de una «tradición histórica», podrán «ocupar parte de las aceras y, en aquellas vías con aceras reducidas y de escaso tráfico también parte de la calzada, pudiendo permanecer sentados en sillas al aire libre».

Todo ello «siempre que no se interfiera la circulación de vehículos, teniendo preferencia estas personas —las sentadas— sobre las que circulen por la acera, siempre que bajar de la misma no suponga ningún riesgo».

De forma excepcional, se contempla también la posibilidad de que los peatones circulen por la calzada, siempre que adopten las debidas precauciones «y no produzcan peligro o perturbación grave a la circulación».