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Cultivar cosechas al lado de casa

Los huertos urbanos se expanden por la comarca y Alzira habilita diecisiete nuevas parcelas en el Hort de Ros L'Alcúdia fue pionera en 2006 y después se sumaron Almussafes, Manuel o Sueca

Cultivar cosechas al lado de casa

El deterioro del sector primario ha dado paso a muchos proyectos transformadores que se han desarrollado durante los últimos años para asegurar la protección y recuperación de la huerta tradicional valenciana. Cada vez más proliferan en diferentes zonas de la Ribera los huertos urbanos con los que se pretende ofrecer alternativas económicas ante la degradante situación del sector -dado que se comercializa de forma directa con los compradores- y una vía de escape laboral para desempleados y jubilados.

La explotación urbanística, los incendios forestales y la masificación en las urbes supusieron durante años el abandono de la huerta valenciana, territorio que había estado considerado como fuente primaria de la economía local desde sus orígenes. Además, la despoblación de las zonas rurales por parte de los más jóvenes contribuyó a la disminución del interés por el sector primario. Todo ello, ha propulsado el surgimiento de nuevas iniciativas y planes que pretenden recuperar la dignificación de la agricultura y la cultura autóctona, como es el caso de los huertos urbanos, los cuales encarnan en un mismo proyecto ambas vertientes.

En ellos, y gracias al suministro de instalaciones por parte de la administración municipal, los adjudicatarios tienen la posibilidad de cultivar cualquier tipo de verduras y hortalizas. De esta forma, diferentes localidades se han sumado a este nuevo estilo que, pese a su carácter tradicional, hoy se presenta como alternativa económica.

Alzira es una de las localidades que se ha incorporado a dicha tendencia y en las próximas semanas adjudicará las parcelas de un segundo huerto urbano habilitado en el conocido como Hort de Ros, al pie de la Muntanyeta de San Salvador, que contará con 17 parcelas, de las que el ayuntamiento reserva cinco para medidas de educación y formación para jóvenes agricultores, asociaciones, colegios o colectivos desfavorecidos. Las otras doce se adjudicarán a los interesandos dando preferencia a jubilados y a jóvenes desempleados con un período de uso de dos años. Los terrenos se suman a los huertos en funcionamiento en el Hort de Redal, adjudicados a la Asociación Afaradem y a la ONG Norte Perdido. «La creación de los huertos urbanos supone una de las muchas acciones que se incluyen dentro de un plan por crear un nuevo modelo de ciudad más sostenible a largo plazo. Tenemos otros proyectos centrados en la Casella, la Murta, la Muntanyeta y el Xúquer para consolidarlos como espacios vitales y que estén conectados con itinerarios para peatones y ciclistas», argumenta el concejal alcireño de Medio Ambiente, Pep Carreres.

En 2006, el Ayuntamiento de l'Alcúdia puso a disposición de vecinos y vecinas uno de los primeros huertos urbanos de la comarca, que serviría de ejemplo para muchos otros municipios. Este huerto cuenta con un total de nueve parcelas gestionadas por la asociación de usuarios de Huertos de Ocio el Castellet de l'Alcúdia, aunque cuentan con un período de uso de dos años según el número de solicitantes.

Por su parte, Almussafes comenzó su andadura en 2012, con la apertura del huerto urbano municipal, que abarca una extensión de veinticuatro parcelas de carácter privado pero cedidas al ayuntamiento. En este caso, los terrenos se adjudican cada año, pese a que existe la posibilidad de alargar el período de uso. La edil de Medio Ambiente, Teresa Iborra, afirma que el objetivo de estas instalaciones es fomentar el cultivo autónomo y con ello ayudar a los jubilados a evadirse de la desocupación.

El mismo año, Manuel inauguró en La Serreta, y por iniciativa de una asociación de jóvenes agricultores, un nuevo espacio para la agricultura ecológica con una parcela de uso colectivo que hoy el ayuntamiento pretende compaginar con la creación de bancos de tierras para aportar una salida comercial y de empleo a la producción autóctona. Corbera, Sueca o Senyera son algunas de las localidades que están en vías de elaboración de huertos urbanos, a la espera de la obtención de los trámites necesarios, puesto que pretenden unirse así a la ya creciente red de agricultura ecológica de la Ribera.

Grandes beneficios

El trabajo en los huertos urbanos incorpora, además, una vertiente terapéutica, conocida bajo el término de «agroterapia», pues supone una fuente de ayuda para jubilados y desempleados, al encontrar una vía de escape a la inactividad. Dichos espacios se rigen por los principios de asamblearismo, puesto que las parcelas se encuentran en un mismo recinto. Por ello, son los adjudicatarios quienes se encargan de la gestión de los huertos, tarea que llevan a cabo de forma asociativa para asegurar el progreso y la mejora de sus cultivos. Muchos ayuntamientos han organizado cursos de formación con el objetivo de enseñar a los adjudicatarios que carezcan de conocimientos y, así, logren sacar un mayor beneficio del trabajo.

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