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La contaminación de los acuíferos no se resolverá hasta dentro de 50 años

Los expertos alertan en las Corts de que se necesitarán al menos 30 años una vez se ponga fin a los herbicidas y fertilizantes El instituto geológico admite que el uso continuado de agua contaminada provoca cáncer

La contaminación de los acuíferos no se resolverá hasta dentro de 50 años

Los expertos que comparecieron ayer en la comisión investigadora abierta en las Corts por la contaminación de los acuíferos en la comarca de la Ribera consideran que se trata de un problema de gravedad, que se inició a partir de los años 70 con la eclosión urbanística y el uso intensivo de productos para la agricultura, y que tardará décadas en resolverse

La comisión creada en el parlamento valenciano trata de esclarecer los motivos de la contaminación de los acuíferos que abastecen de agua potable, especialmente en la Ribera, donde en los últimos años se han producido los episodios de mayor gravedad.

El investigador del Instituto Geológico Minero (IGM) Bruno Ballesteros detalló que un consumo continuado de agua contaminada por nitratos puede provocar cáncer y problemas respiratorios en niños. Ballesteros añadió que para recuperar los acuíferos contaminados es necesario que pasen entre 30 y 50 años desde que se ponga fin al vertido indiscriminado de pesticidas y fertilizantes al suelo agrícola o la existencia de pozos ciegos.

A preguntas de la alcaldesa de Carlet y diputada de Compromís, Maria Josep Ortega, el experto admitió que el gobierno autonómico no ha sido especialmente diligente en la realización de controles en las últimas décadas sobre las aguas subterráneas, que son las más olvidadas, pese a su importancia, según César Bordehore, investigador del departamento de Ecología de la Universitat de Alicante, que también compareció.

Los expertos coinciden en que el fenómeno de la contaminación por nitratos se disparó en las últimas décadas, pero que en los últimos se ha estabilizado, aunque en niveles altos y ponen como ejemplo los 300 milígramos por litro del agua en la zona de Almussafes, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el listón en los 50 miligramos. También pusieron como ejemplo Alzira donde el ayuntamiento se vio obligado hace unos años a prohibir el consumo y analizaron la existencia de productos fitosanitarios en las captaciones que se realizan en el acuífero de la Sierra de les Agulles, donde sería conveniente definir un perímetro de protección en el que no se realicen prácticas que propicien la contaminación de acuíferos.

Aliviado, no resuelto

A finales de enero de 2014, tras siglos de abastecimiento desde pozos contaminados por la agricultura intensiva, la Ribera comenzó a beber agua del Xúquer. Fue un cambio histórico de modelo que permitió destinar a suministro humano el agua de mayor calidad, la del río, que antes se usaba para el riego. La puesta en marcha de la potabilizadora equilibró el alto nivel de nitratos que presentaba el agua que salía del grifo.

Hasta ese momento el conflicto se había transformado en un grave problema de salud pública. El 85% de la comarca se encontraba en 2010 en situación «vulnerable», según la terminología utilizada por la Conselleria de Medio Ambiente. Más de cien mil vecinos de la Ribera se acostumbraron durante años a beber agua que no era apta para el consumo dada su alta concentración de nitratos.

Algunos municipios, como Benifaió y Alginet llegaron a instalar una fuente en una plaza pública para servir a los ciudadanos agua tratada mediante ósmosis inversa con un nivel de nitratos inferior al límite de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Otros ayuntamientos optaron por mezclar el agua de diferentes pozos para aminirar la elevada tasa que registraban los análisis.

Los municipios de la comarca tuvieron que acostumbrarse a las fluctuaciones de la concentración de nitratos, que solía dispararse en verano, cuando el nivel de los pozos desciende. No menos sorprendente resultaba que la tasa también creciera durante la época de lluvias, precisamente porque las precipitaciones arrastran los nitratos de la superficie hacia los pozos de los que se abastece la comarca. Un viejo problema que ha aliviado la planta potabilizadora pero cuya solución, como alertan los expertos, está aún lejos de superarse.

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