La producción de miel en la comarca se ha visto notablemente reducida este año. La dureza de la sequía y la mortandad de abejas han afectado a la cosecha, que se ha desplomado en algunos casos hasta en un 40 % respecto a años anteriores. Además, los apicultores se encuentran ahora con que el precio de mercado del producto es inferior al de producción, lo que termina por confirmar 2016 como un año nefasto para el sector, que solo encuentra en la exportación una vía de escape.

En la comarca existen unas 30.000 colmenas, las cuales suelen generar alrededor de 600.000 kilos de miel cada año. Sin embargo, este año la cifras rondan los 400.000 kilogramos. «La sequía ha afectado bastante, sobre todo a las mieles de primavera y a las de finales de verano», explica el veterinario responsable de la Agrupación de Defensa Sanitaria Apícola (Apiads), Enric Simó. Y es que la falta de recursos ha provocado que «las abejas trabajen a medio gas» y no se generen las cantidades de cosecha registradas en años anteriores. Además, no solo la sequía ha influido en esta merma en la producción. «El uso de productos fitosanitarios en los campos causa muchas bajas en las abejas y debilita las colmenas», añade Simó. Unos vectores que también se enfrentan a algunos parásitos como el varroa destructor, un ácaro que produce la enfermedad denominada varroasis y que actúa absorbiendo la hemolinfa del insecto y disminuyendo su masa corporal. «Si sumas todos estos problemas, lo que se pensaba que sería una buena cosecha termina convirtiéndose en un año nefasto», se lamenta el veterinario. «Y al final, si no se cuidan a las abejas nadie va a venir a polinizar las flores de nuestro campos y el desastre será mayor», sentencia.

Productos codiciados en Europa

El sector lleva varios años en declive debido a estos problemas, aunque ninguno de ellos había sido tan severo como 2016. Tampoco acompaña que el precio de venta esté por debajo del precio medio de producción, valorado en unos 2,65?/kg. «Las mieles multiflorales se están pagando a unos 2,30 ?/kg, por lo que muchos apicultores prefieren guardarse la cosecha y esperar a ver si más adelante se paga a mejor precio», indica Simó. La cosecha de monoflor, por su parte, si que se paga a un precio superior.

Este problema afecta a toda España, donde el desplome de la cosecha también gira alrededor del 40 %. En total, en el país se producen unas 30.000 toneladas de este manjar cada año, la mayoría de ella para exportación. «La miel española está muy bien considerada en los países de la Unión Europea, donde se vende gran parte de la producción anual», explica la también veterinaria de los servicios técnicos de apicultura de la organización agraria COA, Iria Costela. De hecho, Costela considera que el mercado europeo es esencial para poder comercial la cosecha española. «En España es prácticamente imposible venderla al precio de producción o superior por la miel que se importa de otros países a bajo coste, pero por suerte en la Unión Europea se busca un producto de calidad y eso es lo que ofrece España».