El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, presidió ayer en Alzira la inauguración de la jornada «Camp valencià 2.0», en la que se presentó el primer Plan Valenciano de Producción Ecológica que, según resumió, pretende convertir a la agricultura ecológica valenciana en un referente en el mercado europeo. La consellera Elena Cebrián calificó el plan como «una apuesta por recuperar el tiempo perdido y dar respaldo institucional a una tendencia social que genera beneficios externos a la propia actividad». Cebrián explicó que este proyecto materializa uno de los objetivos políticos del Pacto del Botánico, «la recuperación de la agricultura valenciana y la transición ecológica del modelo productivo».

Este primer Plan Valenciano de la Producción Ecológica contempla como punto fundamental mantener la tradicional vocación de la producción valenciana hacia una agricultura diversa, basada en pequeñas empresas familiares, y una gestión de los huertos con una calidad excepcional de las producciones. La financiació estimada para el plan es de más de 78 millones de euros para el período 2016-2020, distribuidos entre las cinco líneas estratégicas en que se estructura el proyecto, que contemplan el fomento de la producción, la comercialización y el consumo de productos ecológicos. Puig señaló que se trata de un plan «a largo plazo» que manifiesta la firme apuesta del Consell por la industria agroalimentaria como «sector estratégico» para el desarrollo económico.

El PVPE pretende que el porcentaje de tierras cultivadas certificadas como superficie ecológica (un 4,5% actualmente) se sitúe en un 20% para el 2020. Esto incluiría un trabajo de conservación y fomento de la diversidad genética tradicional que repercutiría en la recuperación de la cultura agraria, otro valor que define el producto local de calidad.