Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tráfico

La diputación inicia el trámite para eliminar el punto negro entre Cullera y Tavernes

El ente provincial licita la redacción del proyecto de construcción de una rotonda en la carretera Nazaret-Oliva, en el acceso norte a la playa vallera

La diputación inicia el trámite para eliminar el punto negro entre Cullera y Tavernes

La Diputación de Valencia ha licitado la redacción del proyecto de la rotonda que se construirá en la intersección entre Tavernes y Cullera, en la carretera Nazaret-Oliva, y que es, a su vez, el acceso norte a la playa vallera.

Supone el primer paso que da la entidad provincial para acabar con uno de los puntos negros de esta vía y una reivindicación que desde hace años venía haciendo el consistorio vallero.

Ésta es una carretera de doble sentido desde la que se accede a la playa de Tavernes por la zona de la Goleta. El principal problema es que en ese punto existe poca visibilidad y también que los que llegan desde Cullera y quieren entrar en Tavernes están obligados a girar a la izquierda, cruzando la calzada con el peligro que ello conlleva.

Se trata, cierto es, de una primera fase en la que aún queda muy lejos el inicio de las obras pero, al menos, desde la administración vallera ya ven más cerca que sea una realidad.

El concejal de Urbanismo de Tavernes, Josep Llàcer, se mostraba satisfecho porque «tras varias reuniones, hemos visto que la entidad ha cumplido lo que nos dijo, que la iban a poner en marcha en breve», apuntaba.

El proyecto aún no está valorado pero se calcula que tendrá un coste próximo a unos 300.000 euros. Las obras se aprovecharán para eliminar la curva existente ahora, lo que mejorará la visibilidad en los dos sentidos y evitará que la rotonda se tenga construir encima del canal, que se encuentra en esa zona y divide los dos términos municipales.

El departamento de Carreteras de la Diputación de Valencia ha sacado a licitación la redacción del proyecto por un valor de 28.000 euros, lo que demuestra que se trata de una obra de importante envergadura.

Justo en esa zona se encuentra el «Molló», el monolito que mandó a construir el rey Jaume II 'El Just' en el siglo XIV para dividir la Vila real de Cullera y el término que era gestionado por el monasterio de Santa Maria y que los consistorios vallero y de Cullera pretenden revalorizar.

Tras adjudicar la redacción, la empresa beneficiaria tardará al menos seis meses en tenerlo listo. Después debe ser aprobado por la diputación y cuando eso ocurra se iniciará el proceso de expropiación y la adjudicación de las obras.

Compartir el artículo

stats