Los herederos del poblado medieval de Berfull han barajado una revisión de la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) que descatalogue al menos parcialmente este recinto amurallado con 23 viviendas distribuidas a lo largo de una calle que cuenta con una casa señorial y una iglesia o ermita como edificios más emblemáticos, con el objetivo de simplificar un futuro proyecto de restauración.
Los representantes de las familias López Medrano Villar de Saavedra y Cerveró de Miquel que hace ya casi dos años se presentaron en el ayuntamiento para, tras la imposibilidad de concretar la oferta de donación del conjunto al municipio, asumir que la propiedad era de los herederos, así lo han comentado en posteriores visitas a Rafelguaraf, en las que han desvelado contactos con grupos inversores para recuperar este antiguo poblado morisco. La idea consistiría en promover una revisión de la declaración de BIC de forma que sólo mantuvieran este rango y la protección que se deriva del mismo el arco almenado de la entrada, la casa señorial y la ermita, según explicaron fuentes consultadas por Levante-EMV, que también indicaron que en la última visita realizada a Berfull a principios de verano, una experta que acompañaba a los representantes de los herederos advirtió de la complejidad de que esta propuesta pudiera prosperar. Este periódico ha intentado recabar la versión de los propietarios del antiguo poblado, que han declinado pronunciarse sobre sus planes para este conjunto patrimonial de Rafelguaraf, que presenta un estado de deterioro alarmante.
La progresiva degradación de Berfull fue abordada en el pleno del Consell Valencià de Cultura celebrado el lunes en Algemesí. Glòria Marcos dio cuenta del acuerdo adoptado por la Comisión de Legado Patrimonial ofreciendo la mediación del CVC en busca de una solución que evite la desaparición de este poblado medieval. Marcos comentó que Berfull era el «ejemplo más evidente» de que la declaración de Bien de Interés Cultural, por sí misma, no garantiza la conservación y alertó del progresivo deterioro que se evidencia en este conjunto teóricamente protegido.
La alcaldesa de Rafelguaraf, Rafaela Aliaga, también ha expresado la preocupación del ayuntamiento por el estado de Berfull y, tras subrayar que se trata de una propiedad privada, indicó que «nosotros hemos pedido que ponga algún letrero que prohíba la entrada o cierren el recinto porque nos preocupa mucho que se hunda algo y algún día tengamos que lamentar una desgracia». Aliaga declinó pronunciarse sobre los proyectos de los propietarios para rehabilitar Berfull y se limitó a comentar que aparentemente «parece irrecuperable, pero el tiempo dirá».
Cabe recordar que el Ayuntamiento de Rafelguaraf llegó a impulsar un proyecto de consolidación que abandonó tras unas primeras inversiones ante los impagos de las ayudas que se había comprometido a aportar la Generalitat. Los propietarios ofrecieron al ayuntamiento a principios de la década la cesión del conjunto, aunque pasados cinco años sin que se hubiese podido materializar debido a los problemas de los donantes para identificar registralmente la totalidad de inmuebles y para determinar la titularidad de los mismos tras pasar por diferentes generaciones de las familias, el ayuntamiento optó por renunciar formalmente a esta cesión a la vez que remitía a los titulares un requerimiento de la dirección general de Cultura que recordaba la obligación de conservar los bienes y que el incumpliento de este deber constituía una infracción grave y habilitaba incluso a la Generalitat a realizar una ejecución subsidiaria e incluso una expropiación.
