Un paraje de extraordinaria riqueza botánica y paisajística acuna al municipio de Alfarp. El Barranc de la Falaguera no necesita presentación, pues su excelencia hace que los alfarbinos se enorgullezcan de su patrimonio medioambiental. Fértil en flora y fauna, atesora recóndito tesoros como las pinturas rupestres prehistóricas o los antiguos hornos de cal. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, pues el consistorio se ha tenido que movilizar para intentar que el barranco se declare paraje natural municipal y poder realizar una serie de actuaciones para ponerlo en valor tras el estado de dejadez que presenta y las numerosas prácticas deportivas que acoge sin un control que han deteriorado aún más el entorno.
De este modo, el consistorio ha iniciado contactos con Diputación de Valencia para que le presten asistencia técnica y poder confeccionar una memorias que serán presentadas posteriormente en conselleria. Según asegura el alcalde de Alfarp, Santi Cervera, el ente público «subvenciona el 40 %, mientras que el municipio pagará el resto». La declaración de paraje natural sería fundamental para poder mejorar, sobre todo, las sendas del paraje. «Al no contar con señalización muchos visitantes no siguen las sendas correctas y existe cierto descontrol», apunta Cervera. De hecho, unos de los puntos que se quiere mejorar es el camino hacia las pinturas rupestres, que está mal señalizado, y poder poner en valor, además, otros emplazamiento importantes del barranco como los hornos de cal, la antigua cantera de donde salieron algunas de las piedras que se utilizaron en la construcción de las torres de Serrans de Valencia entre 1.392 y 1.398 o los restos de los antiguos poblados íberos.
La declaración como paraje natural también pretende concienciar a la población sobre la defensa del barranco. «Hay prácticas montañistas que pueden perjudicar el estado del paraje», indica el alcalde. De hecho, el bancal acoge deportes como el senderismo, ciclismo o la escalada, aunque las prácticas que se pretenden limitar son las motociclistas. La calificación permitiría controlar las actividades que acoja la quebrada y proteger, de este modo, el entorno.
Riqueza botánica
La flora que se encuentra en la Falaguera es típica de la vegetación mediterránea con pocos árboles, sobre todo pinos, carrascas o robles, pero con una extensa gama de especies arbustivas como el lentisco, el enebro o la coscoja, además de las hiervas aromáticas como el romero, el tomillo o la ajedrea, según indica en uno trabajo el presidente del Grup Excursionista Catadau, José Enrique Climent, quien también asegura que se encuentran flores peculiares como las orquídeas, así como especie herbáceas de la zona como el helecho, que le da nombre al barranco, el mirto, el durillo o la hiedra. Respecto a la fauna, son habituales las aves de rapiña, mamíferos como el conejo, el zorro o el jabalí, y reptiles como la serpiente verde o el lagarto.
