La alcaldesa de Favara ha hecho llegar al secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, y al diputado del área de Carreteras, Pablo Seguí, una carta con la intención de convocarles a una reunión a tres bandas en la que también participen los técnicos de cada departamento para esclarecer cuales son los problemas que impiden la construcción de la variante, la cual implica a las dos administraciones, puesto que la travesía enlazará la CV-510, cuya titularidad es de la diputación, con la N-332, que pertenece a la Generalitat.
Seguí ya reconoció hace unas semanas a Levante-EMV que «la ejecución del desvío se encuentra en punto muerto debido a que la zona se encontraba dentro de las delimitaciones del Parc Natural de l'Albufera y, en estos aspectos, la Conselleria de Medio Ambiente es muy estricta y no deja margen de maniobra». Por su parte, la conselleria contestó que el único expediente relativo a la variante es una consulta de 2010 a la que se contestó indicando cual era la alternativa más adecuada desde el punto de vista ambiental, pero que no consta ningún informe de evaluación de impacto ambiental. Ante estas discrepancias, Azorín propone una mesa conjunta que esclarezca cual es la realidad y sirva para determinar posibles soluciones. «Cada vez nos dan una escusa diferente y la realidad es que continuamos sin soluciones cuando hace años que el desvío debería de estar construido. No sabemos si la causa es medioambiental, económica o que tienen otras prioridades, pero tenemos derecho a saberlo», asegura la primer edil. «Pensábamos que estaba cerca y la realidad es que está más lejos que nunca. No harán la variante hasta que no tengamos un disgusto y muera alguien atropellado», sentencia.
