La crecida del río, los afluentes y los principales barrancos de la comarca no sólo provocó la inundación de grandes extensiones de terrenos agrícolas en las inmediaciones de la desembocadura del Albaida en el Xúquer, entre los términos municipales de Alberic y Villanueva de Castellón, o en pequeñas zonas de cultivo situadas en las inmediaciones del tramo del Xúquer más cercano a Benimuslem, sino que, por extraño que parezca, también afectó a parcelas rurales situadas cerca de la depuradora de Carcaixent.
El caudal del Xúquer se multiplicó exponencialmente el pasado lunes y la presión ejercida por la altura registrada por la crecida impidió desaguar a la planta de tratamiento, que se encuentra en un nivel inferior al alcanzado por el río. En estas condiciones, los responsables de la depuradora suelen cerrar las compuertas para evitar el retorno del agua. La medida provocó que, ante el empuje causado por el crecimiento del Xúquer, saltaran las tapas de las tuberías que conducen las aguas residuales que se reciclan en la depuradora comarcal de Carcaixent y se inundaran varios campos de las inmediaciones de la estación de tratamiento.
No es la primera vez qoe ocurre un caso similar. De hecho, a finales de octubre de 2008, apenas un año después de inaugurada la depuradora, otra crecida del Xúquer ya obligó a los responsables de la planta a cerrar las compuertas del colector que desagüa en el río para evitar que el caudal volviera a entrar en las instalaciones. Tras ese episodio, la Conselleria de Medio Ambiente ya se comprometió a construir un nuevo colector a un nivel más alto para evacuar el agua depurada sin temer las crecidas del Xúquer.